Un tribunal del Vaticano anunció el viernes el sobreseimiento de los cargos contra un alto responsable acusado por una ex monja alemana de haberla acosado y de haber intentado besarla.
Cinco miembros del Tribunal supremo de la signatura apostólica resolvieron que "el grave delito descrito" no puede ser probado "con la certeza moral requerida", indicó un comunicado.
El papa Francisco había pedido la apertura de ese proceso administrativo interno contra el cura austriaco Hermann Geissler, que en enero entregó su dimisión al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF).
La CDF es una instancia clave en el Vaticano, encargada de examinar cuestiones sobre el dogma católico, pero también los casos sobre abusos sexuales del clero. La Congregación está dividida en tres Oficinas, y el sacerdote austriaco era el jefe de una de ellas.
El padre Geissler, que dimitió y anunció que se reservaba el derecho de "una posible demanda civil", había sido amonestado por los hechos en 2014, tras un proceso canónico. En ese momento reconoció los hechos, informó el diario francés La Croix.
La monja que presentó los cargos es Doris Wagner, filósofa y teóloga alemana de 34 años. Recientemente contó en Roma las presuntas agresiones y abusos a los que fue sometida durante sus ocho años de vida religiosa, incluida la denuncia de una violación a manos de un cura en 2008.
El padre Geissler presuntamente le pidió ser su confesor después de ese incidente. "Me obligaba a quedarme con él durante horas, arrodillada delante suyo, me decía que me amaba y que sabía que yo lo amaba, y que incluso si no podíamos casarnos, había otras maneras" afirmó en un testimonio video que ha tenido amplio eco en las redes sociales.
Un día "intentó tomarme entre sus brazos y besarme. Tuve pánico y salí corriendo" explicó.
En 2012, después de haber abandonado la vida religiosa, denunció a los dos religiosos ante la CDF.
Su presunto violador, que trabajaba en la secretaría de Estado de la Santa Sede, abandonó el Vaticano, pero sigue siendo un párroco en una comunidad en la que viven "muchas jóvenes religiosas", denunció Doris Wagner.