El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sufrió un severo revés al fracasar en su empeño por formar gobierno, y prefirió convocar nuevas elecciones.
Tras una muy tensa sesión de debates acalorados, que duró hasta pasada la medianoche, el Parlamento (Knesset) votó su propia disolución y la convocatoria de comicios, a instancias del Likud de Netanyahu.
Esto, apenas un mes después de haberse constituido esta cámara, luego de las legislativas del pasado 9 de abril.
Los nuevos comicios se celebrarán el 17 de septiembre.
Se trata de un fracaso para Netanyahu, en el poder desde 2009 y durante un total de más de 13 años, si se tiene en cuenta su primer mandato (1996-1999).
Ilustra, asimismo, la fragilidad del primer ministro saliente, que corre el riesgo de ser encausado por tres casos de presunto corrupción.
En estas últimas semanas, Netanyahu no consiguió formar coalición pese a que su partido y sus socios de derecha y religiosos sumaban los suficientes escaños (65 sobre un total de 120) en las pasadas elecciones de abril.
Igual que ocurriera entonces, las nuevas elecciones volverán a ser, en gran medida, un referéndum a favor o en contra de Netanyahu.
Instinto de supervivencia
El futuro de este animal político, reputado por su instinto de supervivencia, está ahora en juego.
A principios de octubre, dos semanas después de las elecciones, Netanyahu tiene cita con el fiscal general, que decidirá si lo inculpa o no.
Netanyahu, de 69 años, no ha conseguido en el plazo fijado (que terminaba el miércoles a medianoche) formar una coalición.
Y ha presionado para que se celebraran nuevas elecciones y evitar que el presidente israelí, Reuven Rivlin, seleccionara a otro miembro del Parlamento para intentar formar un gobierno.
Así, se ha prestado a duras acusaciones de aferrarse al cargo para intentar salvar el pellejo.
Sus detractores aseguran también que Netanyahu debía haberse retirado, pero que se ampara en el cargo para aprobar leyes que lo protejan de ser procesado por corrupción
El plan de Netanyahu para formar gobierno descarriló por el viejo antagonismo entre laicos nacionalistas y ultraortodoxos, en torno a la exención del servicio militar que beneficia a decenas de miles de estudiantes de escuelas talmúdicas.
*Con información de AFP