El jefe de la CICIG, Iván Velásquez, brindó declaraciones a un medio ecuatoriano en las cuales se refirió a la situación de la lucha contra la corrupción e impunidad en Guatemala.
En la entrevista brindada al diario El Universo, el comisionado mencionó que de parte de los grupos o personas vinculadas a los hechos ilícitos generalmente surgen acciones contra quienes les dan persecución.
“Como decía (Giovanni) Falcone con la mafia italiana: las campañas primero tratan de convencer, luego de comprar, después de desprestigiar, finalmente de matar”, expresó.
Aseguró que en Guatemala la situación está en el tercero de esos niveles y espera que se quede así.
Velásquez añadió que desde 2016 en el país se inició una campaña muy bien organizada, financiada y costosa para desprestigiar a las entidades que develaron los casos de corrupción, y consideró que con el paso del tiempo se ha ido ampliando.
¿Repetir el modelo de CICIG?
A Velásquez se le planteó la pregunta acerca de si consideraba que deberían crearse más CICIG a nivel mundial.
El comisionado definió a la entidad que dirige como un modelo que respeta la soberanía porque no tiene titularidad de la acción penal y no puede solicitar a los jueces que autoricen capturas o allanamientos.
En ese sentido, señaló que una cooperación internacional basada en un modelo como la CICIG sería muy útil para cualquiera de los países en América Latina.
Destacó que en Guatemala esta comisión permitió demostrar que es posible luchar contra la impunidad del poder.
Y calificó el caso “La Línea”, que surgió en 2015 y por el cual están en prisión el expresidente Otto Pérez y la ex vicemandataria Roxana Baldetti, como simbólico.
Según él, lo ve así porque al develarlo los guatemaltecos entendieron en medio de qué estaban y recordó que se dio un movimiento ciudadano.
Finalmente, señaló que el combate a la corrupción requiere no ser solo una “calentura del momento, una fiebre, sino que sea un compromiso real”.