El 21 de enero pasado la pandilla del Barrio 18 había planificado lanzar dos explosivos en la capital, pero solo se activó uno en la colonia Quinta Samayoa, en la zona 7 capitalina. De ese hecho resultó con serias heridas Mirna Elizabeth Juárez, alias “la Rancherita”.
Ante el Tribunal Décimo de Sentencia Penal, que conoce el juicio contra Juárez y Edgar Danilo Xiloj, supuestos integrantes de la referida red, declaró una investigadora de la Policía Nacional Civil (PNC) que entrevistó en el hospital a la sospechosa.
La detective dijo que esperaron varias horas para entrevistar a Juárez en el Hospital Roosevelt, y que cuando por fin pudieron hacerlo ella les pidió hacer una llamada telefónica.
Se comunicaría con otros pandilleros para informarles que habían fallado con el atentado de la zona 7 y que suspendieran la otra acción. Las autoridades nunca supieron en dónde ocurriría el otro ataque.
El piloto del bus también habló con la detective y le dijo que el día de los hechos había salido del predio cuando fue alcanzado por una motocicleta, en la cual viajaban un hombre y una mujer, estos le darían un teléfono móvil, pero él se negó a recibirlo.
Adelante cruzaron la motocicleta con la intención de que el bus detuviera su marcha y lo lograron, entonces Juárez se acercó a la entrada con un tubo PVC en una mano y un cigarro en la otra, con el cual encendió la mecha del explosivo.
El conductor pudo evitar el atentado en su contra y así la procesada resultó afectada.
Ella había recibido la bomba en la zona 7 capitalina, un menor de edad se la entregó y le dijo que la había llevado al centro educativo al cual asiste, en la zona 1, y que se había salido solo para encontrarse con ella.
El adolescente obtuvo esas instrucciones de uno de sus hermanos que está en prisión.
Otras pruebas
Durante la diligencia el Ministerio Público (MP) también presentó varias pruebas, entre las que figuraron fragmentos del explosivo que supuestamente activó Juárez.
Una perito del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) mostró clavos y tachuelas que fueron extraídas del cuerpo de la acusada, y entre los pedazos de metal que se le incrustaron estaba un anillo que ella utilizaba.