Un atentado suicida dejó al menos 63 muertos y más de 180 heridos la noche del sábado, en un lugar donde se celebraba una boda en Kabul, capital de Afganistán.
El atentado fue reivindicado horas más tarde por la tarde por la filial afgana del grupo Estado Islámico (EI).
"El hermano kamikaze (…) logró alcanzar a un gran número de apóstatas", escribió el grupo yihadista en Telegram.
El portavoz del ministerio del Interior, Nasrat Rahimi, quien dio a conocer el terrible balance de este ataque, reveló que "entre las víctimas hay mujeres y niños".
"Los participantes bailaban y festejaban cuando se produjo la explosión", poco antes de las 23:00 (hora local), explicó un testigo, quien resultó herido en el ataque.
"Era el caos; una escena de masacre; una carnicería", dijo otra persona.
Según Hameed Quresh, que perdió a uno de sus hermanos en la explosión, en la fiesta había más de mil invitados.
Las bodas en Afganistán son eventos multitudinarios, con centenares e incluso miles de asistentes, celebrando en salas de dimensiones industriales, donde los hombres generalmente están separados de mujeres y niños.
"Convirtieron mi felicidad en desgracia"
Entrevistado por una cadena de televisión local tras el ataque, el hombre que contrajo matrimonio ese día, identificado solamente como Mirwais, se lamentó por lo ocurrido.
"Convirtieron mi felicidad en desgracia. Perdí a mi hermano, mis amigos y a mi familia. Nunca más podré ser feliz".
"Ayer por la tarde los invitados vinieron sonrientes a mi boda, y por la tarde estábamos sacando sus cuerpos", dijo.
Al amanecer, en la sala de fiestas, que tenía los cristales de las ventanas rotos y el techo hundido por la fuerza del estallido, el suelo presentaba manchas de sangre.
En la entrada, había zapatos amontonados que la gente olvidó en medio del pánico.
Los funerales de las víctimas se organizaron de inmediato en los cementerios de la ciudad.
*Con información de AFP