La ONU urgió este jueves a "proteger" la Amazonía, donde proliferan incendios forestales que pueden comprometer la lucha contra el calentamiento global.
Esto, poco después de que el presidente Jair Bolsonaro denunciara una "psicosis ambiental" promovida por oenegés contra los intereses de su gobierno.
Los focos de incendio crecen día a día en Brasil.
Entre enero y agosto, el organismo de observaciones espaciales INPE registró 75.336, un 84 % más que en el mismo periodo de 2018.
Ese número muestra un aumento de 2.493 focos respecto al lunes.
"Estoy profundamente preocupado por los incendios en la Amazonia. En medio de la crisis climática mundial, no podemos permitirnos más daño a una gran fuente de oxígeno y biodiversidad. La Amazonia debe ser protegida", tuiteó este jueves el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.
De acuerdo con especialistas, la multiplicación de los siniestros se da en un marco de avance rápido de la deforestación en la región amazónica.
En julio se cuadruplicó respecto al mismo mes de 2018, según datos del INPE.
Bolsonaro, un escéptico del cambio climático a favor de la sobre explotación de las reservas naturales del país, atribuye, en cambio, a la sequía el aumento de los focos de incendio.
"No soy un Nerón" de la Amazonía
"No defiendo las quemas, porque siempre hubo y habrá quemas. Desgraciadamente eso ocurre en la Amazonía", dijo el mandatario brasileño a periodistas el miércoles.
"Pero acusarme de ser un capitán Nerón prendiendo fuego allí es una irresponsabilidad, es hacer campaña contra Brasil".
Bolsonaro, un excapitán del ejército, hizo referencia al emperador Nerón, a quien algunas tradiciones imputan el gran incendio de Roma en el siglo I.
Un "paria ambiental"
El poderoso sector del agronegocio, que dio un apoyo clave a Bolsonaro en las elecciones, empieza a manifestar preocupación por las consecuencias que podría tener un aislamiento de Brasil en temas ambientales.
También los gobernadores de los estados amazónicos de Brasil criticaron al gobierno por posturas, que llevaron a la suspensión de recursos de Noruega y Alemania para un fondo de preservación de la selva tropical.
"Esta semana dos grandes medios de la prensa alemana esbozaron la idea de que ya era hora de empezar a boicotear los productos brasileños", y que eso ocurra "es una cuestión de tiempo", dijo el presidente de la Asociación Brasileña del Agronegocio (ABAG), Marcello Brito.
"La pregunta es: ¿a quién le interesa transformar a Brasil en un paria ambiental?", agregó, antes de esbozar una respuesta: "Nosotros no podemos transformar al presidente de la República. Lo que nuestro sector puede hacer es trabajar, de forma unísona, para tratar de revertir los daños un máximo posible".
*Con información de AFP