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Florida se prepara para recibir el impacto del poderoso huracán Dorian

Residentes seguían la noticia con ansiedad y la esperanza de que la poderosa tormenta vire hacia el norte y no toque tierra.

Tras impactar con vientos de casi 300 kilómetros por hora en las islas Ábaco de las Bahamas, el huracán Dorian bajó a categoría 4 este martes en su lento desplazamiento hacia el este de Florida.

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Ante la seria amenaza que representa, los residentes seguían la noticia con ansiedad y la esperanza de que la poderosa tormenta vire hacia el norte y no toque tierra.

En Port Saint Lucie, la ciudad costera que estará más próxima a la trayectoria del huracán entre la noche del martes y el miércoles, conocen los pasos a tomar.

Muchos negocios ya estaban cerrados y los refugios de la zona comenzaban a llenarse a medida que el cielo se ponía cada vez más lúgubre.

Los barrios de casas rodantes en la ribera del río Indian estaban desiertos y las frágiles construcciones torpemente protegidas.

Michael James tapiaba las últimas dos ventanas de su casa frente a la costa este de Florida.

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"Un huracán de verdad es muy distinto a lo que ve la gente en televisión. Es mucho peor".

En televisión "no llegas a entender el concepto. No llegas a entender la velocidad de los vientos, ni nada".

Lo peor llega después

La costa este de Florida está protegida por "islas barrera": islotes alargados que corren a lo largo de la costa.

Los residentes de las islas tienen órdenes de evacuación obligatoria y la policía comenzaba a hacer los preparativos para cerrar los puentes que les dan acceso.

Algunos aprovechaban hasta el último momento para ir a ver al mar antes de que las islas queden incomunicadas.

El oleaje, fuerte y agitado, presagia el huracán que se avecina y que devastó el domingo las Bahamas, un archipiélago en el Atlántico donde este lunes Dorian parecía haberse estacionado.

La bruma borraba el horizonte, la lluvia era intermitente y la arena bailaba con el viento.

Sobre si tenía un consejo para quienes nunca han vivido un huracán, Stacey Evans, una residente, se lo tomó con humor e ironizó diciendo: "¡Qué disfruten la experiencia!".

"La parte difícil no es la tormenta, es es limpiar después", comenta Evans.

*Con información de AFP

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