Este 1 de octubre marca el 70 aniversario de la República Popular de China.
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No es como cualquier otro, ya que establece un récord de la supervivencia del todopoderoso partido comunista chino y de la república popular, que al cumplir setenta años supera los 69 de existencia de la Unión Soviética (1922-1991).
El especial régimen chino se convierte con ello en el sistema comunista (como se sigue considerando a sí mismo pese a haber abrazado la economía de mercado) más longevo de la historia.
Y lo hace además convertido en una superpotencia global y en la segunda mayor economía del planeta.
“Unidad es hierro y acero, unidad es una fuente de fuerza”, proclamó el presidente Xi Jinping en un discurso durante una recepción de gala en el Gran Palacio del Pueblo para celebrar el 70 aniversario.
Destacó que la unidad es la que ha permitido a la nación china “moverse hacia adelante, superando todos los riesgos y desafíos, de una victoria en otra”.
Además, exhortó a “levantar alto el estandarte la unidad” y “marchar juntos en torno al Comité Central” del partido, al tiempo que llamó a “cimentar la gran unidad” de todos los grupos étnicos del país y la de “todos los chinos”.
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Con todo, la celebración llega en un momento especialmente difícil para Beijing, con protestas en Hong Kong desde hace meses, una guerra comercial abierta con Estados Unidos y una cada vez mayor ralentización del fuerte crecimiento económico que experimenta desde hace décadas.
¿Qué problemas tiene que resolver China ahora?
Jonathan Sullivan, director de Programas de China, del Instituto de Investigación de Asia de la Universidad de Nottingham, se refirió a los principales problemas que el gigante asiático tiene que resolver.
"China enfrenta muchos problemas, que son mucho más profundos que, por ejemplo, la guerra comercial con Estados Unidos o las protestas en Hong Kong", señaló.
"El modelo económico que facilitó el despegue de China ya no es adecuado para su propósito y la transición a un nuevo modelo podría desgastar los intereses creados y el contrato social por el cual el Partido genera crecimiento a cambio de la aceptación de la reforma política y social de los pueblos".
"Los problemas ambientales y ecológicos son graves, desde la desertificación hasta la contaminación generalizada del agua, el suelo y el aire", añadió Sullivan.
"No existe un movimiento de oposición política per se, pero el gobierno enfrenta grandes dificultades en áreas como Xinjiang y Hong Kong, y el continuo estancamiento con Taiwán, que Beijing prometió resolver antes del centenario. Y en todas partes, a pesar de una campaña de alto perfil en su contra, hay corrupción endémica, desigualdad masiva y costos de vida en aumento", apuntó.