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Ecuador pone fin a violenta crisis tras acuerdo entre gobierno e indígenas

Tras más de cuatro horas de negociación, ambas partes asumieron un compromiso que atiende la exigencia del movimiento indígena: la derogatoria del decreto que había liberado el precio del diésel y la gasolina.

Ecuador anunció el domingo el fin de una violenta crisis de casi dos semanas, mediante un acuerdo entre el gobierno y el movimiento indígena que revoca la eliminación de subsidios al combustible que había sido pactada con el FMI.

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Tras más de cuatro horas de negociación con la mediación de la ONU y la Iglesia católica, las dos partes asumieron un compromiso que atiende la exigencia del movimiento indígena: la derogatoria del decreto que había liberado el precio del diésel y la gasolina, encareciéndolos hasta en 123 %.

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Ríos de gente, en un alto número indígenas que se habían manifestado durante toda la semana, se volcaron a las calles de Quito para festejar, pese al toque de queda impuesto por el presidente Lenín Moreno a raíz de los disturbios registrados el sábado.

También hubo fuegos pirotécnicos en los exteriores del Ágora, el coliseo donde se concentraron los aborígenes que habían llegado a la capital en una movilización respaldada por estudiantes y algunos sindicatos.

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El líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), Jaime Vargas, anunció de inmediato el levantamiento de las protestas, que en total dejaron siete muertos, mil 340 heridos y mil 152 detenidos, según la Defensoría del Pueblo.

"Se ha dejado sin efecto el decreto 883 y eso es para todo el país. ¡Viva el Ecuador! ¡Viva la paz!", proclamó Vargas al término de las negociaciones con Moreno en persona.

El mandatario, que reconoció el "sacrificio de cada una de las partes", escribió luego en Twitter: "El gobierno sustituirá el decreto 883 por uno nuevo que contenga mecanismos para focalizar los recursos en quienes más los necesitan".

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Una huella de destrucción

El fin de la crisis llegó en pleno toque de queda en Quito. El domingo todavía podían verse grandes destrozos en puntos de la ciudad.

Decenas de manifestantes regresaron a las calles y prendieron fogatas, y en algunos puntos la policía lanzó gas lacrimógeno para frenar su avance, aunque no se registraron choques tan violentos como los del sábado.

Moreno había decretado el estado de excepción al día siguiente de iniciadas las manifestaciones y movilizó a las Fuerzas Armadas para contener el estallido social.

*Con información de AFP

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