El australiano Julian Assange, acusado de espionaje por Estados Unidos, lució desorientado este lunes en el marco de una audiencia judicial en Londres, su primera comparecencia en persona desde hace seis meses, cuando fue detenido en la embajada de Ecuador.
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Assange, de 48 años, con cabello largo y bien afeitado, compareció ante el tribunal de Westminster, que examinó la fecha de una próxima vista de extradición.
En las vistas anteriores, había participado por videoconferencia desde la cárcel londinense de alta seguridad de Belmarsh.
Balbuceante, Assange pareció tener dificultades para recordar su fecha de nacimiento. Al final de la audiencia, incluso afirmó ante la jueza Vanessa Baraitser que no había entendido lo que acababa de suceder.
"No puedo pensar correctamente", dijo.
También se quejó de sus condiciones de detención.
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"No puedo acceder a ninguno de mis escritos, es muy difícil hacer algo".
Aseguró, además, que lucha contra "gente con recursos ilimitados".
Próxima vista, en diciembre
Mark Summers, defensor de Assange, acusó a Estados Unidos de haberse "inmiscuido" en las conversaciones entre su cliente y sus abogados en la embajada de Ecuador, donde el australiano vivió refugiado siete años.
Summers pidió más tiempo para reunir pruebas, pero la jueza se negó y fijó una próxima vista para el 19 de diciembre, antes de la audiencia sobre la extradición, prevista para febrero.
A las puertas del tribunal, varias personas, entre ellas algunos "chalecos amarillos" procedentes de Francia, se manifestaron gritando "¡Liberen a Julian Assange!", y portando una pancarta que decía "No extraditen a Assange".
Condenado a 50 semanas de cárcel en el Reino Unido por haber infringido su libertad condicional, al refugiarse en la embajada ecuatoriana en 2012 para no ser extraditado a Suecia, Assange es reclamado por Estados Unidos.
Washington lo acusa de espionaje, tras la publicación de 250 mil cables diplomáticos y 500 mil documentos confidenciales sobre las actividades militares en Irak y Afganistán, por medio de WikiLeaks.
Si es extraditado a Estados Unidos, se expone a una pena de hasta 175 años de cárcel.
*Con información de AFP