La Organización de Estados Americanos (OEA) inició este jueves una auditoría de las elecciones presidenciales en Bolivia del pasado 20 de octubre, en medio de choques en las calles entre oficialistas y opositores.
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"El día de hoy (jueves) inicia esta auditoría, se tiene previsto desarrollar en un tiempo aproximado de dos semanas", dijo el canciller boliviano, Diego Pary, acompañado del jefe de la misión de la OEA, Arturo Espinoza, quien por su parte expresó que el grupo hará "un trabajo eminentemente técnico y profesional".
La revisión del escrutinio por un equipo de 30 técnicos fue acordada entre el gobierno boliviano y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pero la oposición la rechaza y exige la anulación de la votación.
La misión de la OEA revisará cuatro aspectos de los comicios: verificación de cómputos (actas y papeletas), verificación del proceso informático, el componente estadístico y las proyecciones, y la cadena de custodia de la votación.
Una interrogante es qué hará la oposición cuando la misión de la OEA entregue su informe, que será vinculante.
"No aceptamos la auditoría en los actuales términos pactados unilateralmente" entre la OEA y el gobierno de Evo Morales, dijo el opositor Carlos Mesa, segundo en los comicios, de acuerdo al escrutinio oficial.
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El recuento de votos que hizo el Tribunal Supremo Electoral (TSE) quedó en el ojo de la tormenta al haber utilizado dos sistemas tecnológicos que causaron sospechas por haber mostrado contradicciones, según críticos y opositores.
"Fracasó un golpe"
La Conferencia Episcopal Boliviana manifestó el jueves su esperanza de que la auditoría siente "las bases para un acuerdo y colaborar a la pacificación del país".
Morales insistió en que la oposición puso en marcha un "golpe de Estado", que "ha fracasado", pero luego propuso una tregua a sus adversarios hasta que la OEA acabe la auditoría.
"A los movimientos sociales, mi pedido: levanten su bloqueo. Y a los hermanos que están en paro en las ciudades: que levanten su paro (para) pacificar el país y esperar los resultados de la auditoría" de los expertos de la OEA, dijo el gobernante izquierdista aymara, de 60 años, en el poder desde 2006.
Sin embargo, esta propuesta fue rápidamente rechazada por el influyente líder regional Luis Fernando Camacho, quien exigió la renuncia del mandatario.
"Estas medidas no se van a levantar, hasta que el presidente Morales renuncie (pues) no vamos a seguir esperando que el señor Morales siga al mando de este pueblo boliviano", dijo Camacho, presidente de Comité Cívico de Santa Cruz, la rica región del oriente boliviano y bastión de la oposición.
*Con información de AFP