La Convención de los Derechos del Niño obliga a los Estados a dar prioridad al interés superior de la niñez en cualquier medida que le afecte.
A no discriminarlo por razón de género, religión, origen nacional, étnico o social. Así como a garantizar la protección de todos sus derechos.
Esta es la entrevista a Carlos Carrera, representante de UNICEF en Guatemala:
¿Cuáles son los avances logrados desde la aprobación de la Convención?
A nivel mundial se ha puesto a la niñez como el centro de desarrollo. Casi todos los países han adaptado sus legislaciones para que sean compatibles con los compromisos internacionales.
Hay avances en la reducción de la mortalidad infantil, hay más acceso a la educación primaria y se ha dado más atención al parto institucional. Se ha logrado ver a la niñez como sujetos de derecho.
¿Y en Guatemala?
Hay mejoras en la lactancia materna. En el caso de la desnutrición crónica se han establecido leyes, políticas y programas.
Hemos visto un interés público. Sin embargo, no hay una mejora significativa, ya que, hasta 2015, el 47% de la niñez sufría de desnutrición crónica.
A ese ritmo, Guatemala necesitaría un siglo para erradicarla.
¿Los gobiernos han tomado en serio el tema?
Han habido esfuerzos e interés. Se han creado políticas y programas, pero no han sido suficientes.
Debe fortalecerse el primer nivel de atención de salud primaria en las comunidades. Dar mayor protección social, es decir programas que identifiquen a las familias más vulnerables y que las apoyen.
Mejorar los hábitos y los comportamientos de las familias en cuanto a la alimentación de sus hijos, la higiene, la educación y la crianza, así como las condiciones de agua y saneamiento.
¿Por qué la niñez no es tema de los gobiernos
Ha sido una responsabilidad, pero creemos que debe ser prioridad. El desarrollo del país depende de su capital humano, de la capacidad de las personas para alcanzar su máximo potencial como ciudadanos activos.
Todas las capacidades del adulto se construyen en la infancia, en los primeros cuatro años de vida. Para nosotros es un área que requiere de mucha atención porque es cuando se construye el 80% de la capacidad cerebral del ser humano y de todas las habilidades sociales y creativas.
A la niñez se le debe garantizar salud y nutrición, así como estímulo, juego, canto y afecto, ya que si les falta cualquiera de estos elementos su cerebro no se desarrollará como debería y no alcanzará su potencial como adulto.
¿Cuánto debería de invertir el Estado en la niñez?
Se está invirtiendo el 3% del PIB, cuando debería ser cuatro veces más.
Guatemala está en un proceso de transición demográfica, es decir que tiene una cantidad de niñas, niños y adolescentes que nunca había tenido y que no volverá a tener. Debe invertir en esta generación porque es la que puede transformar el país.
Nos preocupa la situación de los adolescentes porque están en un periodo de desarrollo del ser humano, cuando su cerebro tiene plasticidad y tiene mucha capacidad para aprender cosas nuevas, pero las opciones son muy limitadas.
Para aprovechar ese bono demográfico se deben dar oportunidades de educación formal y no formal, además protegerlos de la violencia.
Uno de los principios de la Convención es que la niñez tenga derecho a jugar. Pero en los últimos cinco años se han reportado 329 casos de niñas de 0 a 1 año que habían sido violadas. ¿Qué nos puede decir de eso?
No conocía ese dato. Pero sabemos que los niveles de violencia desde la niñez hasta la adolescencia son bastante altos.
En un informe UNICEF Internacional posiciona a Guatemala en el puesto nueve de 10 países con mayor índice de homicidio contra adolescentes. Siete son latinoamericanos y los otros tres están en Guerra.
Es una prioridad atender a la niñez y que se persiga a los culpables. Debe hacerse un esfuerzo en prevenir porque cuando se ingresa al sector de justicia ya es tarde, el daño ya está hecho.
La Convención también establece que la detención debe usarse como medida de último recurso y por el período tiempo más corto apropiado, pero vemos que la niñez sigue sufriendo diferentes tipos de detenciones…
La niñez migrante, refugiada o desplazada es niñez y tiene todos sus derechos.
En algunos casos se plantea el ingreso a instituciones como medida de protección, pero es muy complejo y complicado. La experiencia internacional nos dice que eso debe ser la última opción.
En Guatemala hay aproximadamente cinco mil niños en esa situación. El 90% de ellos tiene familia directa o ampliada. Una tercera parte de ellos está allí por razones económicas y es absurdo porque una familia que no tiene recursos lo que debe tener es el apoyo del Estado y de la sociedad para mantener dignamente a sus hijos.
Por experiencia sabemos que una niña que está en una institución tiene alto riesgo de permitir todo tipo de violencia.
La frase
- “En los últimos 30 años han desaparecido varias amenazas contra la niñez, pero han surgido otras como el riesgo de abuso y violencia en línea. Así como el bullying y ciberbullying”, Carlos Carrera, representante de Unicef en Guatemala.