La volatilidad en los precios en los combustibles y efecto que representan para el ambiente ha hecho que empresas y gobiernos impulsen diferentes opciones para trasladarse como la movilidad eléctrica.
¿Cómo es el futuro del transporte eléctrico en Centroamérica?
Hay que tomar en consideración aspectos políticos como de inversión privada, generación de energía, ya que el transporte eléctrico al igual que los vehículos eléctricos funcionan con ese suministro, lo cual serán una carga adicional para el sistema de energía de los países. Hay que incrementar la generación y mejorar la distribución para poder asumir la nueva carga y el sistema funcione. Por lo general los autobuses y vehículos eléctricos se estima que se carguen por la noche y en el día hagan la ruta con una carga rápida y continuar la movilidad.
¿Cuál es la evolución del uso de bicicletas eléctricas?
Es algo que muchos países lo están implementando, pero aquí la seguridad es un tema principal, es algo que en la cultura latina no está acostumbrada. A la vez, no hay vías apropiadas para movilizarse y se depende mucho de los combustibles fósiles para la generación.
¿Cómo avanza el país en la diversificación de la matriz energética?
El país está invirtiendo mucho en la parte solar, tienen algunas plantas solares, pero de baja capacidad. Buscan inversiones para incrementar la generación en esa área. También deberían de aprovechar la parte geotérmica, porque tienen volcanes y contar con energía eólica, que puede explotar mucho y así aumentar la generación de energía para incorporar la movilidad eléctrica.
¿Hay interés por introducir la movilidad eléctrica en la región?
El costo de los vehículos eléctricos ha ido disminuyendo y se estima que para 2025 el costo del vehículo eléctrico sea igual al precio de un vehículo regular, porque con las nuevas tecnologías el costo de las baterías ha reducido y seguirá bajando. En cuanto a las estaciones de carga se estima que el 97% de tiempo de los vehículos pasa detenido porque se está trabajando o en casa. Las estaciones de carga deberían de estar en los hogares, oficinas, hoteles o centros comerciales, porque con un mínimo de una hora de carga se podrá movilizar el vehículo por lo que la inversión privada debe establecer esos cargadores.
¿Cuál es la percepción de las empresas para implementar ese tipo de vehículos?
Sí hay, pero el principal freno en los países es que no hay una legislación para implementar la movilidad eléctrica en el corto plazo, los gobiernos y el sector privado de producción de energía deben trabajar para presentar una legislación de movilidad eléctrica y así hayan leyes apropiadas para el transporte de ese tipo. Una de las ventajas en Latinoamérica es que hay naciones que tienen leyes de movilidad eléctrica que pueden adaptarse y así hacerlo más rápido. Hemos conversado con una distribuidora de energía que espera una propuesta de ley para promover la movilidad eléctrica y así instalar los cargadores. Además debe haber incentivos (gubernamentales como mejorando aranceles y otras ventajas) para la importación de vehículos porque nada se gana si hay estaciones de recarga sino están los vehículos.
¿Qué beneficios hay de tener un vehículo eléctrico?
Desde el beneficio económico, aunque la inversión inicial entre un vehículo de ese tipo es de entre 30% a 40% más, pero desde el punto de vista de ahorro de combustible representa un 30% y desde el mantenimiento y repuestos también hay un ahorro considerado dependiendo de la marca, ya que un vehículo eléctrico tiene unas 20 mil piezas, que son computadoras que no necesitan tantos cambios y el vehículo de combustión tiene más de dos millones de piezas, por lo que ahí está el negocio de los concesionarios de autos.
“Los vehículos eléctricos que han importado a Latinoamérica son vehículos usados en Estados Unidos y son para medir su rendimiento y el ahorro, además tener mano de obra calificada para el mantenimiento”.