Al trabajar como piloto de autobús, un empleo que consiguió para poder llevar el sustento a su familia, cada día ponía en riesgo su vida por ser víctima constante de acciones delictivas, recuerda un exconductor de la ruta 203.
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Emisoras Unidas conversó con él para conocer su situación al ser sobreviviente de la violencia y tener que pasar por dolorosas recuperaciones en hospitales, las cuales duraron meses.
El expiloto, de quien no se da a conocer la identidad por cuestiones de seguridad, dijo que durante los seis años en los que ejerció ese empleo sufrió dos atentados. El primero fue hace cuatro años, el otro el año pasado.
“Está demasiado duro el tema de las extorsiones”, manifestó el entrevistado.
Atentados
Acerca del primer ataque armado, relató que desconocidos, entre ellos una mujer, le dispararon y lo hirieron.
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“Todavía me encuentro a la patoja que me hizo daño en ese entonces, ella está suelta, nadie hace nada”.
El otro incidente armado ocurrió hace un año en cercanías de la colonia Villa Linda, zona 7 capitalina. Él conducía la unidad de transporte desde la zona 6 con rumbo a la Universidad de San Carlos (Usac).
Sicarios le dispararon en repetidas ocasiones y le acertaron balazos en el área del abdomen, por lo que requirió una intervención quirúrgica para que los médicos pudieran verificar si le habían lastimado algún intestino.
“La verdad de que hasta el momento no he sabido nada. Los policías son una lata, no actúan. Los que me hicieron el daño andan en la calle como si nada y estoy bastante afectado”, expresó.
Después de ese incidente estuvo hospitalizado seis meses y prefirió ya no regresar a trabajar como piloto, aunque hasta ahora no ha podido tener acceso a un empleo.
“La verdad es que me da miedo, pero la necesidad lo obliga a uno. Sin embargo, yo no he regresado a mi trabajo. Hemos estado comiendo puros frijolitos en la casa porque prefiero estar así a que tenga otro atentado”, manifestó.
Su familia lo apoya en esa idea y prefiere tener que pasar temporalmente por dificultades económicas, pero tenerlo con vida.
“Ya son dos atentados y gracias a Dios todavía estoy contándola. Mi familia ya no quiere que siga arriesgándome. Más ahora que tengo por quién luchar, tengo una hija y estoy casado”, indicó.
Y resalta que espera no tener que regresar a trabajar en las unidades de transporte, pero ello dependerá de cómo siga su situación laboral.
Reciente ataque
Los pilotos de diferentes rutas son víctimas de ataques armados que han cobrado sus vidas o los han dejado heridos. El más reciente de estos hechos se dio ayer en horas de la mañana.
El conductor de un bus ruta 203 fue atacado a balazos en el Periférico, zona 3. Uno de sus compañeros pasó por el lugar y lo auxilió. A bordo de su unidad lo llevó a una estación de bomberos, desde donde lo trasladaron a un hospital.