Este miércoles se dio a conocer cómo se encuentran de salud y en el aspecto migratorio los dos hondureños y el salvadoreño que llegaron a Guatemala ayer procedentes de Estados Unidos.
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Después de que aterrizara el avión en la Fuerza Aérea Guatemalteca, fueron enviados al Refugio de la Niñez, en donde se les dio asesoramiento legal y se les brindó información sobre las opciones que tenían de permanecer en Guatemala o ser retornados a sus países de origen.
La organización refirió que la decisión de estas personas fue quedarse en el territorio nacional, tras manifestar temor de regresar a sus naciones, por lo que se les apoyó para iniciar los trámites en el Instituto Nacional de Migración.
En tanto, el padre Mauro Verzeletti, director de la Casa del Migrante, se refirió a la situación de los extranjeros, quienes pernoctaron en esa institución, en la zona 1.
“Llegaron bastante cansados y con una situación de salud un poco compleja, con trastornos mentales críticos y cierto grado de depresión. Les hemos brindado atención médica, alimentación y un espacio para descansar”, explicó Verzeletti.
De acuerdo con el sacerdote, los centroamericanos están en una situación bastante depresiva porque lo que están viviendo, ya que el sueño que habían proyectado desde que salieron de su país se desvaneció.
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En el inicio del camino
Según lo que han podido conversar con ellos, aparentemente no tienen claro por qué fueron trasladados a Guatemala.
“Son personas trabajadoras, que no conocen mucho de lo que han firmado. Ellos (en EE. UU. les) dicen que los envían a un país seguro; sin embargo, (los migrantes) se topan con que están a la puerta del país vecino de donde salieron”, dijo.
Ver que el sueño que los movió para intentar llegar a Estados Unidos y conseguir un futuro mejor, ahora prácticamente se transforma en cenizas, impacta en la parte psicosocial de la persona y en sus expectativas del futuro, añadió.
“Es un trauma que viven las personas migrantes cuando no logran alcanzar el sueño tan anhelado y que a veces les ha costado mucha inversión, esfuerzo y lágrimas. Ahora se encuentran en el inicio del camino otra vez”, mencionó el entrevistado.
Crisis humanitaria
Finalmente, Verzeletti resaltó que Guatemala no cuenta con situaciones adecuadas para ser un país seguro.
Indicó que se desconoce cuántos meses durará la espera de los centroamericanos para recibir la protección internacional en Guatemala e intentar reiniciar la vida en medio de la realidad que se vive en este país o los de origen, sin en caso deciden volver.
Ante ese escenario, aseguró que no existe una acción contundente ni del Gobierno guatemalteco ni de organismos internacionales.
En ese sentido, consideró que si continúan llegando personas al territorio nacional o se produce una oleada de migrantes proveniente desde EE. UU., podría generarse una crisis humanitaria.
Manifestó que en la Casa del Migrante mantienen las puertas abiertas para brindarles sus servicios a las personas que lo requieran y están en diálogo con organismos internacionales para responder a las necesidades humanitarias.
* Con información de Emisoras Unidas.