El ex viceministro de Gobernación Óscar Dávila explicó que, aunque los narcotraficantes abandonen una aeronave utilizada para transportar droga, en buen estado, es casi imposible que el Estado las pueda utilizar.
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"El Ministerio Público ha tratado de extinguirlas pero por el tema de aviación internacional es complicado ponerlas en funcionamiento", dijo Dávila durante una entrevista en el programa A Primera Hora de Emisoras Unidas.
Dávila explicó que para poner a volar un avión se necesita que lo certifiquen pero debido a que los narcos modifican los motores, no se cuenta con un historial de servicio.
"La extinción de bienes de dominio no toma esos casos porque no hay instituciones que se hagan cargo de ello porque la valoración de repararlas sale más caro que comprar una nueva", dijo Dávila.
Gran capacidad económica
El subjefe de la Fiscalía Contra el Narcotráfico del Ministerio Público, Alan Ajiatas explicó que las organizaciones criminales del narcotráfico tienen la capacidad de cambiar su estrategia en cuanto las autoridades los detectan.
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"Se ha logrado visualizar información relacionada en cuanto al tiempo que se tardan en preparar una pista clandestina y esto puede durar de dos o tres horas", dijo Ajiatas.
Para acondicionar un terreno para que aterrice un avión, los grupos delictivos deforestan una extensión considerable de la selva, que es donde más se producen este tipo de aterrizajes.
Ajiatas explicó que por lo general son detectados en la región del sur del país ya que tiene cierta proximidad con el mar así como el área del departamento de Izabal.
Según el fiscal del MP, en lo que va del año, las autoridades han inhabilitado 27 pistas clandestinas de aterrizaje.
