Los demócratas comenzaron este miércoles a presentar su alegato acusador en el juicio político contra el presidente Donald Trump en el Senado de Estados Unidos, un día después de que la sesión para fijar las reglas del proceso revelara cohesión en la mayoría republicana, que avizora una probable absolución del mandatario estadounidense.
El congresista demócrata, Adam Schiff, titular de la Comisión de Inteligencia de la Cámara baja y a cargo de la acusación contra Trump, subió al podio del Senado para argumentar que el mandatario debería ser apartado del cargo por las acusaciones de abuso de poder y obstrucción al Congreso.
"El presidente ha mostrado que cree estar por encima de la ley".
"El presidente Trump solicitó interferencia extranjera en nuestras elecciones, abusando del poder de su mandato para buscar ayuda en el extranjero para mejorar su posibilidad de reelección", dijo el congresista, quien remató afirmando que cuando el mandatario fue descubierto, "utilizó los poderes a su cargo para obstruir la investigación".
Schiff rebatió los argumentos de los republicanos de que deben ser los electores estadounidenses quienes decidan en las elecciones de noviembre si Trump permanece en la Casa Blanca y que este no es el rol del Senado.
"La mala conducta del presidente no puede decidirse en las urnas porque no podemos estar seguros que la votación se gane de una forma justa".
Después, Schiff imploró a los senadores a que actuaran como jurados imparciales.
"Nuestra lealtad es a la Constitución y al imperio de la ley".
Pero sus palabras probablemente estén destinada a oídos sordos, ya que el martes el jefe de la mayoría republicana de la Cámara Alta, Mitch McConnell, exhibió un férreo control de la bancada oficialista unida que goza de 53 de las 100 bancas, en un indicio de cómo se desarrollará el juicio que probablemente concluirá con la absolución del mandatario.
Además, para que prospere el proceso contra Trump se necesita una mayoría de dos tercios, equivalente a 67 senadores.
A partir de hoy, los siete miembros de la Cámara Baja que representan la acusación van a tener tres sesiones de ocho horas para exponer sus argumentos contra Trump.
En tanto, la defensa tendrá un tiempo equivalente, también en tres tandas y luego hay 16 horas para las preguntas.