Cientos de migrantes centroamericanos que este jueves ingresaron a México desde Guatemala, aprovechando la ausencia de fuerzas de seguridad en la frontera, avanzaban hacia un control de seguridad desplegado por el gobierno mexicano en Ciudad Hidalgo, Chiapas.
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Los migrantes lograron cruzar a territorio mexicano durante la madrugada, desde la localidad guatemalteca de Tecún Umán, con la consigna de marchar pacíficamente hacia el norte.
Sin embargo, kilómetros adelante, en un cruce carretero, al menos 300 guardias nacionales y varios autobuses del Instituto Nacional de Migración fueron desplegados para interceptarlos.
Hacia el mediodía, se registraron nuevos enfrentamientos entre el grupo y las fuerzas de seguridad, que intentaban contener el avance de la caravana.
"Hemos entrado de forma pacífica, estamos dispuestos, que el Instituto de Migración o el gobierno nos apoye extendiendo un permiso para pasar por lo menos (a los estados sureños de) Chiapas, Oaxaca para trabajar", dijo un joven centroamericano, quien integra la marcha.
Instalan campamento
Unos kilómetros antes del cruce, los migrantes improvisaron un campamento, donde llegaron oficiales que se presentaron como parte del cuerpo de Migración y de la Comisión de Refugiados.
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Les ofrecieron abordar autobuses para trasladarlos a otro sitio, donde pudieran presentar sus solicitudes, pero los migrantes rechazaron la oferta y entre ellos advertían que preferían permanecer en el sitio para pernoctar.
"Queremos hablar con el presidente López Obrador directamente", se leía en una enorme pancarta de tela que se destacaba en la larga columna humana, donde también resaltaban banderas de países centroamericanos.
La multitud atravesó sin contratiempo el río Suchiate, frontera natural entre Guatemala y México y que en esta época del año es poco caudaloso.
En pocos minutos alcanzó una carretera que conduce de Ciudad Hidalgo, Chiapas, a la ciudad de Tapachula.
Había presencia de algunas patrullas, pero sin detener el avance del grupo.
El lunes pasado, unos 500 migrantes consiguieron cruzar a México por la misma zona, a pesar de los gases lacrimógenos que les lanzaban guardias nacionales, a quienes respondieron arrojando piedras. Pero ese grupo fue detenido más tarde en un control de carreteras.
"No vamos a responder"
Otro migrante, líder del grupo, afirmó que si las autoridades mexicanas responden con fuerza ante su avance, estarán violando sus derechos humanos.
"Nadie nos va a levantar la mano a nosotros. Si ellos (Guardia Nacional) vienen y nos golpean, nosotros no vamos a responder, quien viola derechos humanos son ellos", manifestó.
A media mañana, cuando el sol y el calor ya eran inclementes, la columna detuvo su marcha para resguardarse a la sombra que ofrecían los árboles en las orillas de la carretera.
La caminata de los migrantes, que llevan sus escasas pertenencias a cuestas y algunos, sobre todo las mujeres, cargan a sus hijos, se hacia más exigente al no llevar ni agua ni alimentos.
El miércoles, autoridades migratorias mexicanas informaron que el lunes detuvieron a más de 2 mil migrantes en situación irregular, y que cientos de ellos ya habían sido devueltos a sus países.
*Con información de AFP