A un año de haber llegado al país para representar a Venezuela. La diplomática conversó sobre el aumento de la crisis política, económica y social que vive la nación sudamericana y medidas que hay en derecho internacional.
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¿Cuál es el panorama con la reelección en la Asamblea Nacional?
Por una parte, ha sido positiva, porque une más a la oposición y a la sociedad venezolana, que ven un segundo aire importante. De lucha, que no es nada fácil y, además, vieron que los casi 60 países que están apoyando al presidente Guaidó, renovaron su apoyo al mandatario y a las fuerzas democráticas y no cayeron en las trampas del régimen del presidente Nicolás Maduro. Lo cual ha dado esperanza de que los próximos meses sean mejores para salir de la dictadura. Pero, a la misma vez, debo decir que la lucha es difícil. Porque el régimen de Maduro lejos de negociar, así como arremetió violentamente con fuerzas armadas cuando fue la elección de la Asamblea Nacional, volvió a militarizar ese organismo. Fue una situación terrible porque dispararon contra el vehículo de Guaidó, que quedó en malas condiciones. Vemos que el régimen va a utilizar más la violencia para destruir la Asamblea Nacional. La unión de los asambleístas democráticos y hacer todo lo posible de que esa única instancia, realmente legítima en el país, desaparezca.
¿Con la continuidad de Guaidó se avizora pronto la programación de elecciones presidenciales?
Claro, eso es precisamente lo que se busca. El objetivo de Guaidó junto con la Asamblea Nacional que lo acompaña es el cese de la usurpación de Maduro y estar de acuerdo en cambiar las instancias como el Consejo Nacional Electoral en vista de las elecciones presidenciales. El problema es que el régimen continúa evitando eso y quiere, por todos los medios, imponer unas elecciones legislativas. Ellos están solo con el objetivo de acabar con la Asamblea Nacional. Ya sea a través de la violencia o imponiendo unas elecciones legislativas, no presidenciales.
¿De qué forma ha sido el apoyo que han dado los casi 60 países a la Asamblea?
De diversa forma; uno, la presión diplomática. Tenemos el Grupo Lima, donde Guatemala es miembro, que está utilizando la presión y sanciones en algunos casos. También está la Organización de los Estados Americanos (OEA). De manera bilateral, como Estados Unidos, Canadá y Europa, que rechazan las acciones de Maduro. Están buscando las formas para que el régimen cese.
¿Cuánto más puede esperar la comunidad internacional a seguir con el diálogo y poner fin a la crisis política?
Estamos en búsqueda que la comunidad internacional vaya y tome cada vez más presiones y actúe más contundentemente porque el régimen no quiere hablar. Lo ha demostrado de diferentes maneras, lo que quiere es ganar tiempo para desgastar a la población venezolana. A ellos les interesa que los venezolanos se sigan yendo y que no exista Asamblea Nacional y así desestabilizar la región. La comunidad internacional tiene un desafío, pero tiene instrumentos más fuertes que están en el derecho internacional y en la Carta de la ONU. Tienen que actuar más conjuntamente, como lo ha hecho Estados Unidos. Que todos los países vieran el peligro de este régimen que afecta a toda la región. Y actuar más en conjunto sería mejor para cercar el régimen de Maduro y que sienta presión. Él ha estado afectado por el aislamiento internacional, pero no ha sido suficiente, ellos tienen que sentir mayor presión.
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¿Han analizado la reacción del presidente Maduro tras esas medidas?
La oposición es la mayoría, pero no tenemos recursos militares porque desde hace tiempo lo primero que hicieron fue intervenir las fuerzas armadas. Nosotros solo contamos con el deseo y desesperación de la mayoría de la población que no quiere seguir con el régimen. El cual vive en condiciones sin servicios básicos. Solo la élite chavista tiene prerrogativas. Por eso, la comunidad internacional debe actuar como coalición internacional. Ya que entramos a otra fase y el Gobierno ha puesto esta como la última fase para agarrar todo. Lo que se necesita es que haya voluntad, pues los mecanismos diplomáticos están ahí.
¿Cómo ven el rechazo de gobiernos nicaragüense y cubano sobre el ataque a Maduro?
A la comunidad internacional le falta más medidas en conjunto hacia el problema, que no solo es Venezuela, porque hay otros actores que se han internacionalizado. Hemos visto medidas de desestabilización, como Chile y Perú, ya que actúan muy coordinadamente en el Foro de São Paulo, tienen una estrategia de desestabilización. De modo que no es el único factor, lo cual es una problemática que cada vez más toman más conciencia, unos más otros menos, por lo que tratamos de explicar. Venezuela está tomada por los cubanos. No existiría Nicolás Maduro si no existiera Cuba, lo cual es un problema de seguridad regional. Por eso decimos que hace falta que más países tomen medidas.