Tras pasar la noche detenida en una celda judicial, la opositora peruana, Keiko Fujimori, fue transferida este miércoles a la cárcel de mujeres de Chorrillos, en el sur de Lima, donde cumplirá los 15 meses de prisión preventiva que le impuso el martes el juez Víctor Zúñiga.
PUBLICIDAD
Keiko, de 44 años y madre de dos niñas, forma parte de la lista de políticos investigados en el escándalo de pagos ilegales por parte la constructora brasileña Odebrecht, que también salpica a cuatro expresidente peruanos.
A bordo de una ambulancia del servicio penitenciario, y escoltada por una caravana de vehículos policiales y de prensa, Fujimori fue trasladada al mediodía del miércoles hasta el mismo penal donde ya guardó prisión durante 13 meses.
A lo largo del recorrido, se formaron piquetes de partidarios que alzaban banderas naranjas, el color del fujimorismo, y gritaban consigas de apoyo a Keiko, considerada la persona más poderosa de Perú entre 2016 y 2018.
"Esto no es justicia"
Keiko Fujimori fue detenida menos de dos meses después de que recuperara su libertad.
Pasó su primera noche detenida en la "Carceleta" de los tribunales, dos días después de que su partido recibiera un voto de castigo en las elecciones legislativas extraordinarias.
PUBLICIDAD
El juez Zúñiga la mandó a prisión preventiva al acoger una solicitud de la fiscalía, que argumentó que existía riesgo de que se fugara del país.
"Esto no es justicia, esto es ajusticiamiento", declaró Keiko en un video divulgado en las redes sociales, minutos después de ser detenida.
Keiko, quien estuvo cerca de la presidencia de Perú tras las elecciones de 2011 y 2016, favorecida por la popularidad de su padre, rechaza todos los cargos que le imputa el "Superfiscal" José Domingo Pérez, y negó que pretendiera escapar de Perú.
Su regreso a prisión constituye un nuevo revés para al fujimorismo después del voto de castigo del domingo, que selló el fin de la hegemonía fujimorista en el Congreso, al pasar de 73 a 12 escaños, de un total de 130.
*Con información de AFP