Este lunes fue presentado en Guatemala el Diccionario panhispánico del español jurídico, una obra que fue catalogada como única en el mundo, ya que resulta un instrumento del lenguaje fundamente para el desarrollo de las Ciencias Jurídicas.
En el evento, que se realizó en la Sala de Vistas de la Corte de Constitucionalidad (CC) estuvieron presentes el director de la Real Academia Española (RAE) y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, doctor Santiago Muñoz Machado; Raquel Montenegro Muñoz, directora de la Academia Guatemalteca de Lengua correspondiente de la RAE; el presidente de la CC, Bonerge Mejía; el Embajador de España en Guatemala, Antonio Portabales Vásquez; Gustavo García, secretario de la Academia y responsable del aporte académico nacional para el diccionario; y Luis Alfonso González, director de Santillana para Centroamérica Norte.
“El derecho es orden y lenguaje”, así dio inicio la alocución de Mejía, quien catalogó este diccionario como una obra sin equivalentes en la historia del estudio de la práctica jurídica.
De acuerdo con el presidente de la máxima corte, en derecho el lenguaje es interpretado por lenguaje y el resultado se expresa por medio del lenguaje. Bajo esa premisa, este diccionario resulta una “fuente autorizada” del ejercicio jurídico.
El primero de lengua jurídica
El director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, explicó el proceso de elaboración de un diccionario, haciendo énfasis a la creación de una versión que no se había efectuado con anterioridad.
Muñoz resaltó que las autoridades de RAE se resistieron a realizar un diccionario especializado, a pesar de que el lenguaje jurídico lo exigía.
La necesidad de un diccionario del lenguaje jurídico volvió a ponerse en discusión tras la Revolución Francesa de 1789, cuando surgieron varios términos, en temas políticos, como soberanía nacional, pueblo, sufragio, poder Ejecutivo, poder Legislativo, poder Judicial, y otras que aún son utilizadas.
En 2014 se solicitó de nuevo la creación de un español jurídico, ya que las autoridades de la RAE confiaban en que el carácter copioso del diccionario responde a las necesidades de la interpretación de la lengua. La versión impresa, que consta de dos tomas, se terminó de editar en 2017, mencionó Muñoz.
Muñoz señaló que alrededor de 450 juristas del Atlántico colaboraron con la elaboración del documento panhispánico.
"Diccionarios de derecho se han hecho cientos, desde el tiempo de los romanos. Lo que no se había hecho es un diccionario de la lengua del derecho, que de acuerdo con la mejor lexicografía, que contiene definiciones breves y sustanciosas", detalló Muñoz.
El directivo de la RAE mostró la versión digital del diccionario panhispánico, señaló que además de los términos también cuenta con el código civil y comercial de cada país.
Específico y panhispánico
De acuerdo con Raquel Montenegro Muñoz, directora de la Academia Guatemalteca de la Lengua correspondiente de la Real Academia Española (RAE), esta obra que es efectuada por lexicógrafos contiene el uso del vocabulario específico de un área en particular.
Además, explicó que al ser panhispánico incluye los términos utilizados en los países donde se habla español.
“Es un aporte único al ejercicio profesional en el ámbito jurídico”, expresó Montenegro.
Antecedentes
En España el precedente más cercano a esta obra fue el diccionario del español jurídico, el cual surgió de la preocupación del consejo general del poder judicial ante los problemas de claridad del lenguaje. Este aportó la novedad de estar realizado con los mismos estándares de léxico y análisis que esta versión panhispánica, señaló Gustavo García, secretario de la Academia y responsable del aporte académico nacional para el diccionario.
Sin embargo, destacó la importancia del instrumento panhispánico que está disponible a partir de hoy.
“Puede asegurarse, en términos absolutos, que no hay ningún diccionario con estas pretensiones que abarque el lenguaje jurídico de toda la comunidad hispanohablante”, expresó García.