Durante el fin de semana, fue controlado en un cien por ciento un incendio forestal en el municipio de Panajachel, en Sololá. Debido a la magnitud del siniestro, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) dio a conocer que fueron necesarias descargas de agua aéreas efectuadas por helicóptero y que aún permanece un foco activo en un sector no accesible al cual se le dará seguimiento hoy.
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Las autoridades del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) aún esperan el reporte final de las acciones efectuadas para conocer cuántas hectáreas habrían sido afectadas. Sin embargo, el incendio tiene importancia por otra razón, ya que se encuentra en un área protegida.
César Beltetón, jefe del Departamento de Manejo Forestal del Conap, dice que a la fecha hay contabilizados 29 incendios forestales que han ocurrido en áreas bajo protección. Además, agrega que, sin contar el incendio en Panajachel, han sido afectadas 208.23 hectáreas.
No todo es bosque
Beltetón señala que los incendios forestales no siempre afectan de la misma forma las áreas donde ocurren. Se debe tomar en cuenta que hay siniestros que ocurren en lugares donde hay árboles y otros en áreas a cubierto.
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Sin embargo, aunque los efectos de estos últimos pueden ser menores, son de interés para la conservación porque hay presencia de bosque y otras especies que se deben proteger y conservar. Este tipo de incendios tiene impacto en plantas herbáceas, arbustivas y árboles, además de toda la fauna que habita en esos ecosistemas.
Sumado a ello, como se ha conocido en varias ocasiones, hay mortandad de algunas especies y daño al hábitat donde viven animales que deben cumplir con sus procesos biológicos.
¿Incendios provocados?
El portavoz de la Conred, David de León, señala que se ha podido identificar durante los últimos años que alrededor del 90 por ciento de los incendios que se registran se origina de forma intencionada. En muchas ocasiones, según dice, son consecuencia de peleas entre vecinos, conflictos entre algunas comunidades y cambio de uso de suelo que regularmente era un área boscosa y se quiere usar para la siembra.
Cabe mencionar que cambiar el uso del suelo puede repercutir años más adelante y ocasionar deslizamientos, ya que las raíces de los arboles ayudan a que la tierra no se suelte y al perder esa forma natural se erosiona y con la llegada de las lluvias se convierte en un riesgo.
Por tal razón, es importante que la población esté informada y denuncie cualquier indicio de incendio en los bosques.
En números
- 280 incendios forestales y no forestales registra en la actual temporada la Conred.
- 2 son los departamentos con mayor incidencia de incendios: Guatemala y Quiché.
- 1,337 hectáreas han sido afectadas como consecuencia de los siniestros a nivel nacional.
- 29 incendios han ocurrido en áreas protegidas según Conap.
“Dependiendo del tipo de incendio, así son sus daños”
(César Beltetón, Jefe del Departamento Forestal del Conap)
Los bosques de hoja ancha, como en Petén, son bosques en los que cuesta la recuperación luego de un incendio; sin embargo, depende de la intensidad del mismo. Hay algunos que solo son rastreros y no llegan a afectar la copa de los árboles.
En ese tipo de siniestros el daño o impacto es menor y los bosques tienden a reponer rápidamente sus condiciones. Pero, en un incendio de copa, ahí sí mueren árboles y ese tipo de daño lleva un proceso para regenerarse que puede durar años. Lo que ocasione un incendio rastrero puede recuperarse quizá en dos años.