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Reportes reflejan la crueldad en crímenes contra niñas y adolescentes durante 2020

Del 1 de enero al 24 de febrero de este año se contabilizaban 84 muertes violentas contra mujeres; sin embargo, estas han sido más crueles contra las niñas y adolescentes, según el informe y análisis de diferentes organizaciones sociales. El dato se da a conocer a días de que se conmemore el Día internacional de la mujer.

Saña, tortura y misoginia (odio contra la mujer) evidenciaron los cuerpos de 17 niñas y adolescentes que fueron asesinadas en los primeros 55 días de 2020.
De ese grupo, cuatro víctimas eran menores de 7 años. Seis estaban entre los 8 y 11 años y otras siete oscilaban entre las edades de 13 y 15, según el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM).

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Los sospechosos, en su mayoría, son personas de su círculo cercano, quienes aprovecharon su relación desigual de poder para darles muerte de forma violenta.

Las raíces de la violencia se remontan al pasado y, en particular, al conflicto armado interno, que duró 36 años en Guatemala, según la explicación de Jessica Monterroso, una de las abogadas de Mujeres Transformando el Mundo (MTM).

El GGM es una organización feminista que promueve la reivindicación de los derechos humanos de las mujeres. Mientras que MTM es una ONG que propicia el acceso a la justicia penal para las niñas, adolescentes y mujeres sobrevivientes de la violencia.

Casos con saña y tortura

El 2 de febrero, a la orilla de un río en Santa Cruz Barillas, en Huehuetenango, fueron localizadas decapitadas dos hermanas, de 8 y 10 años. En el lugar también encontraron la cabeza de una prima, de 11.

Tres días después, el 5 de febrero, en la aldea Chichimecas, en Villa Canales, fue ubicado el cuerpo calcinado de Chelsiry Paola Hernández, de 12 años. El principal sospechoso es su tío político Edgar Marroquín, de 30.

Este último caso lo conoce Esteban Celada, abogado de MTM. Él explica que antes la víctima sufrió distintos tipos de violencia antes de morir, incluida la sexual; además, asegura que en su cuerpo quedó plasmada la misoginia, la saña y la alevosía.

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“Pareciera que Chelsiry no murió en un accidente de tránsito, como dijo el agresor, sino por asfixia o estrangulamiento. Se encontraron vestigios de sangre en la tráquea”, indicó.

El cuerpo es el escenario del crimen

El juez que conoce el caso de Chelsiry ligó a proceso a Marroquín por el delito de femicidio y lo envió al Centro Preventivo para Varones, ubicado en la zona 18 capitalina.

En su resolución explicó que el cuerpo de la víctima era el escenario del crimen y, a decir de Celada, esto es oportuno para entender cómo se están violentando los cuerpos de las niñas, adolescentes y mujeres en Guatemala.

El abogado asegura que durante el debate MTM hará uso de todos los mecanismos para establecer todas las formas de violencias que vivió Chelsiry. Es probable que requieran de peritajes de expertas en género, en psicología, en antropología y en sociología.

“Es necesario nombrar y juzgar el último episodio de violencia, la muerte, pero también exponer el continuum de la violencia que marca la vida de las mujeres. De lo contrario, no podemos cambiar patrones socioculturales porque lo que no se nombra, no existe”.

Cinco heridas mortales y 582 puñaladas

Karla Hernández, de 14, fue asesinada en 2016 por su vecino y compañero de clase.

El crimen ocurrió cuando la adolescente regresaba del molino, el cual estaba muy cerca de su casa, ubicada en la aldea El Tesoro, en Coatepeque, Quetzaltenango.

La investigación estableció que Karla fue agarrada a la fuerza por su vecino, de 19, quien la entró a su vivienda, en donde la violó y la apuñaló 587 veces; no obstante, solo cinco de las heridas fueron mortales, según el informe del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).

Después, la desmembró. Los pedazos de su cuerpo los metió en un costal. Encima le tiró una colchoneta y un sillón para simular que era “basura”.

A pesar de los indicios, el Ministerio Público (MP) sostenía que el caso era asesinato y no femicidio, pero el juez acogió la tesis de femicidio de MTM y condenó al agresor a 45 años de prisión inconmutable.

“Lo hicimos porque lo que no se nombra, no existe. El femicida utilizó su conocimiento y relaciones interpersonales, como vecino y compañero de clase, para saber a qué hora transitaba sola”, explica Celada.

Agrega: “Este caso expone el sistema patriarcal en el que vivimos y la saña que se plasma en el cuerpo de las niñas, adolescentes y mujeres”.

El problema entre los querellantes y el MP

MTM y la Fundación Sobrevivientes son dos de las organizaciones que más figuran como querellantes adhesivos en los casos de violencia contra la mujer.

"La idea de incorporarse a los procesos es apoyar a la Fiscalía en la investigación y darles otras líneas o pensamientos sobre el hecho que se está llevando; sin embargo, no siempre coinciden”, explica Rita Velásquez, una de las abogadas de la Fundación Sobrevivientes.

Para ejemplificar lo anterior, Velásquez recuerda el caso de una adolescente, de 15 años, quien había sido agredida sexualmente, pero el MP sostenía que el delito era maltrato contra personas menores de edad.

Sin embargo, al igual que en el caso de Karla, el juez aceptó el argumento de la Fundación y abrió juicio por agresión sexual.

“El problema con las adolescentes es que hay que probar la violencia para establecer un hecho delictivo. En cambio, en niñas menores de 14 años es más accesible probar los hechos, ya que no tenemos que demostrar que es una violencia para argumentar y establecer que realmente existió el delito”, explica la abogada.

Sin capturas, no hay procesos

El 29 de mayo de 2019 MTM presentó el caso de Fátima ante el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este se expuso la falta de voluntad de la Policía Nacional Civil (PNC) para ejecutar órdenes de captura.

Fátima fue violada sexualmente en 2009, cuando tenía 12 años. Como consecuencia de la violación, la niña resultó embarazada.

Por este caso, se giró una orden de captura; sin embargo, a casi 11 años, la PNC todavía no ha podido ejecutarla, razón por la que el proceso está detenido.

“El agresor, un familiar, se dio a la fuga. A Fátima se le han vulnerado muchos derechos. Ella es de una comunidad de Huehuetenango y su familia es de escasos recursos”, informó la abogada Monterroso.

La PNC no se ha pronunciado sobre este tema.

8 de marzo, un día para no felicitar

  1. El Día internacional de la mujer no es para felicitar ni saludar, ni mucho menos para hacer regalos. La fecha que se conmemorará el lunes es para remarcar los logros de las mujeres y su lucha continua por la igualad y el rechazo a la violencia de género.
  2. También es para evaluar la condición y posicionamiento de las mujeres en cada país. Asimismo, para exigirle a los Estados, en este caso el de Guatemala, el cumplimiento de los compromisos internacionales de los derechos humanos de las mujeres, para pedir cuentas de los avances, retrocesos y retos en materia de equidad de género.

Análisis

Natalia Kanem, directora ejecutiva del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, en inglés)

“De nosotros depende garantizar la igualdad de género”

En el Día internacional de la mujer rendimos homenaje a los íconos que allanaron el camino hacia la igualdad de género. Hoy centramos nuestra atención en la actual generación de activistas, mujeres cuya visión contribuye a conformar un mejor futuro para todas las personas, sea cual sea su género.

Los destellos de progreso, hacia la erradicación de la violencia, la denuncia de los sesgos y la discriminación, la garantía de la autonomía e integridad corporal, y la protección de la igualdad nos recuerdan que el camino hacia un futuro con igualdad de género no tiene por qué ser largo. Las mujeres nos instan a priorizar sus derechos y capacidad de decisión, y a acelerar nuestra labor; se trata de algo urgente.

A lo largo de su vida, una de cada tres mujeres se verá expuesta a la violencia física o sexual. De cada cinco niñas, una contrae matrimonio antes de cumplir los 18 años; asimismo, 200 millones de mujeres y niñas han sido víctimas de algún tipo de mutilación genital femenina.

Si bien las cifras son sorprendentes, tan solo constituyen una representación superficial de la desigualdad existente en nuestro planeta. Cada año, casi 300 mil mujeres y niñas fallecen al dar a luz; la gran mayoría de estas muertes maternas podría evitarse. Cientos de millones de mujeres y niñas, a pesar de no desear quedarse embarazadas, no tienen acceso a métodos modernos y eficaces de planificación familiar.

Aprovechemos este momento para reflexionar sobre las condiciones, tales como la pobreza, la negación de información, las relaciones de poder desiguales y los obstáculos en términos de acceso que impiden que millones de mujeres ejerzan sus derechos fundamentales y tomen decisiones respecto a su propio cuerpo y a su futuro.

Podemos cambiar las cosas. Para erradicar la violencia y la discriminación contra las mujeres y niñas, es imprescindible que nos neguemos a tolerar su normalización.

UNFPA trabaja con sus asociados, entre los que figuran activistas y agentes de cambio jóvenes, a fin de eliminar los obstáculos que vulneran los derechos y la capacidad de decisión de las mujeres y niñas.

Para conseguir un mundo donde impere la igualdad de género, el empoderamiento de todas las mujeres y niñas en lo referente a la defensa de su salud y derechos sexuales y reproductivos, es un elemento clave.

De aquí a 2030, pretendemos conseguir los “tres ceros”: Cero necesidades insatisfechas de planificación familiar, cero muertes maternas evitables y cero casos de violencia de género y prácticas nocivas, entre las que se incluyen el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

Nuestra labor parte de datos y pruebas de alta calidad y tiene por objetivo garantizar que nadie se quede atrás.

La consecución de los tres ceros precisará que los responsables de la adopción de decisiones empleen su poder político y financiero con miras a impulsar el cumplimiento de las promesas contraídas hace 25 años en la trascendental Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (CIPD).

En 1994, los Estados acordaron que la dignidad y los derechos de las personas, incluidos los derechos reproductivos, constituyen la piedra angular del desarrollo mundial. En la Cumbre de Nairobi sobre la CIPD25, celebrada en noviembre de 2019, se adquirieron compromisos adicionales en aras de los tres ceros.

Este año, el movimiento internacional en favor de las mujeres celebra el 25 aniversario de la Plataforma de Acción de Pekín, en la que se estableció una base ambiciosa en pro de la igualdad de género.

Debemos encargarnos de eliminar los obstáculos que siguen menoscabando la opinión, la capacidad de decisión, el consentimiento y la igualdad de las mujeres. Ha llegado el momento de cumplir nuestros compromisos colectivos con vistas a garantizar la autonomía y la integridad corporal de las mujeres y las niñas en todos los ámbitos de la vida.

Luchemos por los objetivos de las feministas que nos precedieron junto con aquellas personas que, en la actualidad, defienden ideales feministas. Todos formamos parte de la generación de igualdad. De nosotros depende garantizar la igualdad de género de una vez por todas.

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