Ante el avance del coronavirus en Chile, con 238 casos, el presidente Sebastián Piñera decretó el miércoles un "estado de excepción constitucional por catástrofe" que deja el orden público en manos de los militares.
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La decisión de Piñera fue respaldada por el entorno político, que reclamaba extremar las medidas de control para no repetir la experiencia de países como Italia y Francia, donde se dispararon los contagios de una semana a la otra.
El mandatario optó por volver a dejar en manos de las Fuerzas Armadas la seguridad del país, solo cinco meses después del estallido social que golpeó a su gobierno y derrumbó su popularidad.
Según Piñera, el estado de excepción por catástrofe permitirá garantizar la seguridad en los hospitales y centros de atención sanitaria, proteger el traslado de insumos médicos, y facilitar el cuidado y traslado de pacientes y personal médico.
También busca que se cumplan las cuarentenas y las medidas de aislamiento social, junto con garantizar la cadena de producción y distribución ante una mayor demanda en supermercados y farmacias.
"Las Fuerzas Armadas podrán actuar como verdaderas fuerzas sanitarias, colaborando con todos los funcionarios de nuestro sistema de salud".
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La medida de excepción permite al presidente restringir reuniones en espacios públicos, establecer cuarentenas o toques de queda.
Soltar la calle
La emergencia por el nuevo coronavirus alcanzó a Chile en medio de una profunda crisis social que empezó en octubre como una protesta por el alza en el pasaje del metro, y derivó en un pedido general de reformas sociales.
Desde entonces, el país ha estado sacudido por manifestaciones, saqueos, barricadas y enfrentamientos entre manifestantes y la policía, aunque en los últimos días habían bajado de intensidad.
El viernes pasado, miles de personas se reunieron en Plaza Italia en Santiago (epicentro de las protestas), pero ante el avance de la pandemia se multiplicaron en redes sociales los llamados a "soltar" la calle para protegerse de la enfermedad.
También crecen los llamados para postergar el plebiscito del 26 de abril, en el que los chilenos deben decidir si se cambia o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, y considerado clave para desactivar la crisis.
Ahora las autoridades sanitarias prevén que los contagios alcancen su máximo en el país justo la semana en que debería realizarse esa consulta.
*Con información de AFP