Playas desiertas, hoteles de montaña vacíos, comercios cerrados: el nuevo coronavirus golpeó duramente el turismo centroamericano en plena temporada alta, hundiendo a empresas del sector en la incertidumbre de no saber si podrán seguir operando cuando pase la pandemia.
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La situación provocada por la COVID-19 es potencialmente devastadora para el istmo, cuyos ingresos dependen en gran parte del turismo, y los gobiernos estudian medidas para atenuar el golpe.
Con excepción de Nicaragua, los países centroamericanos cerraron fronteras y aeropuertos y prohibieron la entrada de extranjeros para contener el nuevo coronavirus, que afecta la temporada más importante del año para el turismo, que se extiende de diciembre a abril con la época seca.
El Salvador con playas desiertas
En el departamento salvadoreño de La Libertad, en el Pacífico, las playas apetecidas por los surfistas están desiertas.
En la playa El Zonte, dueños de pequeños hostales recibieron una dolorosa estocada a raíz de las disposiciones gubernamentales, que incluyen una cuarentena domiciliar.
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"No voy a sobrevivir esta crisis, tuve que cerrar el hostal porque no se puede atender a clientes y sin ingresos no puedo pagar a mis trabajadores ni pagar mis cuentas", dijo a la AFP la salvadoreña Marcela Vardú, propietaria del pequeño hostal Black Cat en El Zonte.
Según Vardú, el emprendimiento que abrió con gran ilusión hace un año, hoy va en picada. La situación se le complicó tanto que se vio obligada a alojar en su casa a siete turistas extranjeros que no podía atender en su hostal y tampoco podía dejar a su suerte.
La ministra salvadoreña de Turismo, Morena Valdez, aseguro que el sector esperaba un crecimiento importante para 2020, pero esa expectativa se desvaneció.
"Habíamos proyectado que íbamos a crecer entre el 15% y el 20% en 2020, (pero) vamos a tener un decrecimiento del 25%" por la pandemia, anticipó Valdez.
El Salvador en 2019 registró ingresos por 1.700 millones de dólares del turismo, con 2,5 millones de visitantes.
Amenaza de quiebra y despidos
Costa Rica, el país que más atrae turistas en Centroamérica, con más de tres millones de visitantes anualmente, también recibe la estocada del nuevo coronavirus.
Para el exministro costarricense de Turismo Mauricio Ventura, "la crisis para las empresas turísticas y sus empleados ya empezó", por lo que las soluciones gubernamentales "urgen para evitar despidos masivos, aliviar la falta de flujo de caja y evitar el cierre de las empresas".
Los empresarios saben lo duro de la situación.
"Vamos a tener un cementerio de empresas turísticas", advirtió el presidente de la Unión Costarricense de Cámaras de la Empresa Privada, Álvaro Sáenz, quien abogó por reducir el impuesto al valor agregado de 13% actualmente a 6% para ayudar a las empresas a salir de la crisis sanitaria.
En circunstancias normales, el turismo aporta 8% del PIB costarricense, equivalente a unos 4.000 millones de dólares, y genera 600.000 empleos directos e indirectos.
Con las restricciones por la pandemia, estimaciones conservadoras proyectan una pérdida del 25%, es decir, unos 800.000 turistas menos, con una pérdida de 1.000 millones de dólares y de 150.000 empleos.
Empleos dependen de turismo
Guatemala vive el mismo drama. El presidente de la Cámara de Turismo (Camtur), Luis Rey, prevé que sin apoyo financiero estatal, muchas empresas comenzarían a quebrar.
"Tememos por los empleos que dependen del turismo, no hay ingresos para sostenerse, la mayoría de empresas, si de aquí a fin de mes no consiguen algún apoyo financiero, vamos a quebrar", lamentó el presidente de Camtur.
Según Rey, el sector genera 177.000 empleos directos, entre hoteles, restaurantes, tour operadores, transportistas, además de las 500.000 personas que ejercen como guías turísticos, artesanos y otros oficios de la cadena turística.
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Cifras del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), detallan que el país en 2019 recibió 2,5 millones de visitantes extranjeros, una cifra récord de llegadas, que dejaron 1.249 millones de dólares.
Guatemala se alistaba para atender a los turistas en la Semana Santa, pero sus proyecciones se vinieron a pique.
"Teníamos proyectado el ingreso de 144.500 turistas extranjeros (en Semana Santa) y ya se cayó el 60%. Si no se restablecen los vuelos (internacionales) es posible que se caiga todo", lamentó el subdirector del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat), Elmer Hernández.
Con información de AFP