El Ministerio de Salud de Francia autorizó el tratamiento en base a la cloroquina del infectólogo francés Didier Raoult para pacientes con coronavirus que se encuentran hospitalizados.
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"La hidroxicloroquina y la combinación de lopinavir/ritonavir pueden ser dispensadas y administradas bajo la responsabilidad de un médico a pacientes afectados por COVID-19, en los establecimientos de salud que se encargan de ellos, así como, para la continuación de su tratamiento si su condición lo permite y con la autorización del médico inicial, en el hogar", señala la resolución del ministerio.
"La Agencia Nacional para la Seguridad de Medicamentos y Productos de Salud es responsable de elaborar un protocolo para uso terapéutico destinado a profesionales de la salud y establecer los términos de información adaptados a la atención de pacientes", agrega.
Tras el anuncio, Raoult, quien en los últimos días estuvo en el centro de la polémica en Francia por defender el tratamiento de coronavirus con cloroquina, le agradeció en su cuenta de Twitter al ministro de salud por la decisión tomada para hacer frente al brote:
"Como parte de la emergencia de salud, se puede recetar hidroxicloroquina para tratar COVID-19. Gracias Olivier Véran por escuchar".
En medio del avance de la pandemia en todo el mundo, días atrás el profesor e infectólogo francés había considerado “inmoral” no administrar cloroquina a las personas hospitalizadas.
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A mediados de febrero, investigadores chinos afirmaron haber obtenido resultados positivos en ensayos clínicos con cloroquina en enfermos de COVID-19.
¿Qué es la cloroquina?
Se trata de un antipalúdico utilizado desde hace varias décadas contra la malaria, un parásito transmitido por un mosquito.
Se conoce bajo varios nombres comerciales según los países y fabricantes: Nivaquine y Resochin, por ejemplo. Existe un derivado, la hidroxicloroquina, para las enfermedades articulares de origen inflamatorio.
Los efectos secundarios son múltiples: náuseas, vómitos, erupciones cutáneas, pero también afecciones oftalmológicas, cardíacas, neurológica. Una sobredosis puede resultar peligrosa y los médicos desaconsejan tomarla sin receta previa.