Las célebres Fiestas de San Fermín (Sanfermines), en España, y el Oktoberfest, la Fiesta de la Cerveza, en Alemania, se unieron esta semana a la lista de grandes eventos cancelados por la pandemia del nuevo coronavirus (COVID-19).
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En Pamplona, el ayuntamiento de esta ciudad del norte de España, hizo oficial la suspensión de las celebraciones, señalando que "no existe otra opción para unas fiestas tan multitudinarias e internacionales como los Sanfermines", que tienen lugar del 6 al 14 de julio y que incluyen los populares encierros, las carreras de toros por las calles.
Los responsables locales advirtieron que "parece complicado" que puedan postergarse para otra fecha este año, en una España que es el tercer país del mundo con más fallecidos por coronavirus en el mundo, con más de 21 mil 200.
Esta decisión "por muy esperada que fuese, no deja de producirnos a todos un poco de tristeza", dijo la alcaldesa de Pamplona en funciones, Ana Elizalde, quien sustituye a Enrique Maya, convaleciente de COVID-19.
"Nuestras queridas fiestas están muy reñidas con el coronavirus", concedió Elizalde.
"Riesgos demasiado elevados"
En tanto, en Alemania, el famoso Oktoberfest, previsto para realizarse del 19 de septiembre al 4 de octubre, fue anulado por decisión de las autoridades.
La alcaldía de Múnich y la región de Baviera estuvieron "de acuerdo en juzgar que los riesgos son simplemente demasiado elevados", con más de 6 millones de visitantes esperados, entre ellos un tercio proveniente del extranjero, y de Asia en particular.
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"Es por ello que hemos decidido que la Fiesta de la Cerveza no tendrá lugar este año", indicó el jefe de gobierno del Estado de Baviera, Markus Söder.
Söder dejó entender que la vuelta de este evento, uno de los más grandes del mundo de este tipo, solo podría ser posible en caso de que haya una vacuna disponible contra el coronavirus, ya que en una celebración como esta, "que vive del contacto", es imposible establecer reglas de distanciamiento entre los visitantes.
Por su parte, el alcalde de Múnich, Dieter Reiter, admitió que es una "jornada triste" y "una píldora amarga" para la capital bávara, ya que el Oktoberfest genera ingresos por mil 200 millones de euros.
*Con información de AFP