Para cuando la pandemia de Covid-19 termine, el mundo podría cambiar para siempre. Y, según los expertos, el panorama para el futuro no es tan brillante debido a los cambios económicos y políticos que están ocurriendo en todo el mundo.
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“Una crisis como la que estamos viviendo ahora no solo desafía, sino que expone las fortalezas, vulnerabilidades y valores del sistema internacional, de la relación entre los países y de las capacidades de los países también”, explicó a Publinews Internacional Lina Luna, analista internacional y experta en China contemporánea, en la Universidad Externado de Colombia. “Estas circunstancias cambiarán naturalmente la forma en que las personas, las instituciones y los países se perciben a sí mismos y su relación con los demás, lo que llevará a una alteración de la posición y el papel que los diferentes países e instituciones tienen en el sistema”, dijo.
Por ejemplo, se espera que el papel y el poder de China aumente como consecuencia de la pandemia, mientras que el papel de los Estados Unidos podría debilitarse. Toda acción puede perjudicar o beneficiar el papel y la relevancia internacional de un país.
“Hay muchas preguntas que surgen. En lugar de que las potencias tradicionales (Estados Unidos y la Unión Europea) ayuden y gestionen la crisis, como estamos acostumbrados, son las potencias no tradicionales (China y Rusia) las que ejercen estos papeles”, añadió Luna.
Y el cambio de roles está provocando ansiedad en todo el mundo.
“Es normal que para ocultar la incompetencia y las vulnerabilidades de las potencias tradicionales, los medios de comunicación y los políticos occidentales traten de cuestionar y degradar el trabajo que Rusia y especialmente China están haciendo”, declaró Luna, quien piensa que China no tiene ninguna agenda oculta detrás de su ayuda a Italia.
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Y concluyó: “China ha declarado claramente que ve al Covid-19 como un problema global que debe ser resuelto con una comunidad mundial, por lo tanto está abierto y dispuesto a seguir protegiendo al mundo compartiendo su experiencia, como el primer país que controló el virus, y enviando su ayuda donde más se necesita”.
ENTREVISTA
- ¿Cómo podría cambiar la geopolítica mundial después de la pandemia?
La pandemia del nuevo coronavirus es compleja. En primer lugar, está poniendo a prueba nuestras nociones de buen gobierno. El modelo autoritario ofrecido por China ha enfrentado el brote doméstico de manera efectiva a través de su draconiana cuarentena de millones de personas, si no más. A las democracias liberales como Estados Unidos y los países europeos no les ha ido bien. En segundo lugar, la crisis está haciendo que muchos Estados cuestionen su excesiva dependencia de China como centro de la red de producción mundial. En el futuro, es probable que veamos a la economía global desacoplarse selectivamente de la economía china.
- ¿Los países que ofrecen ayuda a otros buscan beneficiarse de alguna manera?
China está ofreciendo ahora ayuda a la comunidad global en términos de asistencia médica. Esto es en gran medida una operación de limpieza, ya que la actual pandemia mundial de coronavirus y el tsunami económico se originaron en China por problemas relacionados con su sistema autoritario. El presidente Xi (Jinping) y el Partido Comunista de China tienen claro que deben cambiar la narrativa global de que China es la razón de la crisis actual por la de ser un ciudadano global responsable que puede y está dispuesto a proporcionar bienes de salud pública global a los países del mundo.
- ¿Qué hay de las ganancias geopolíticas? Se cree que China y Rusia esperan beneficiarse de la situación…
Por supuesto, ambos países están usando campañas de desinformación para sembrar semillas de desconfianza en las sociedades democráticas liberales. Lo hacen difundiendo narraciones alternativas sobre el origen del coronavirus SARS-CoV-2. Estas narrativas alternativas tienen como objetivo aumentar la desconfianza en los gobiernos de Occidente, pero también consolidar el control interno en China y Rusia, trasladando la responsabilidad del brote desde los líderes de Pekín a Washington.
* Con información de Miguel Velásquez.