La líder opositora peruana, Keiko Fujimori, fue excarcelada este lunes, tras pasar tres meses detenida por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht, en virtud de un fallo de un tribunal de apelaciones.
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Usando una mascarilla y guantes blancos, y vestida con una casaca gris y pantalones vaqueros, la primogénita del condenado expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) salió del penal de mujeres de Chorrillos, en el sur de Lima, y abordó un taxi rumbo a su residencia, cuatro días después del fallo del tribunal, que le concedió la libertad bajo fianza.
El jueves pasado, el tribunal de apelaciones le concedió a la dos veces candidata presidencial la libertad bajo fianza de 20 mil dólares, pero le prohibió convivir con su marido, el estadounidense Mark Vito Villanella, debido a que ambos están en investigación en la misma causa.
Pruebas de COVID-19
Previo a su salida, Keiko, de 44 años, anunció en Twitter que al llegar a su casa, en el este de Lima, y antes de reunirse con sus dos hijas, se sometería a pruebas para descartar que esté contagiada de coronavirus (COVID-19).
"Ante las actuales circunstancias, soy consciente del alto riesgo de contagio al que estamos expuestas todas las internas del penal Chorrillos. Es por eso que lo primero que voy a hacer después de salir y llegar a mi casa es realizarme una prueba molecular, con el objeto de no poner en riesgo a mi familia", tuiteó.
"Hemos decidido que mientras no tengamos el resultado de esa prueba, no voy a poder reunirme con mis hijas. Ya les hemos explicado a ellas que lo más seguro es que los tres vayan ahora a la casa de mi mamá hasta que tengamos el resultado", agregó.
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Canales de televisión mostraron que afuera de su casa la esperaba una persona de un laboratorio privado para tomarle las pruebas de COVID-19.
Por último, la líder opositora pidió a las autoridades que gestionaran a la brevedad las pruebas de descarte que las internas de Chorrillos y los demás penales han solicitado.
*Con información de AFP