El asesor económico de la Casa Blanca, Peter Navarro, criticó fuertemente este domingo a los gubernamentales Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC), a los que acusó de los retrasos iniciales de Estados Unidos en la detección del nuevo coronavirus (COVID-19).
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"Al comienzo de la crisis, los CDC, que gozaban de la reputación más respetada en este dominio a nivel mundial, permitieron que el país cayera en lo más bajo en materia de testeo", declaró Navarro a la cadena NBC.
"Además, concibieron un test malo. Y eso nos hizo quedar atrás".
El único test utilizado en los momentos iniciales de la pandemia fue el desarrollado por los CDC, según una tecnología validada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y empleada en todo el mundo.
Sin embargo, debido a problemas con los reactivos, los primeros kits distribuidos en Estados Unidos arrojaron resultados no concluyentes, ni positivos ni negativos.
"No defraudaron al país"
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, salió en defensa de los CDC, señalando que esa agencia nunca se suponía que fuera "la columna vertebral de los tests masivos en Estados Unidos".
"No creo que los CDC hayan defraudado a este país. Creo que los CDC tienen un importante rol en la salud pública. Y lo que siempre fue crítico fue incorporar al sector privado", añadió Azar en una entrevista con el canal CBS.
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Los laboratorios públicos de los diversos estados y los agentes privados estaban inicialmente autorizados a desarrollar y distribuir sus propias pruebas y no pudieron actuar hasta el 29 de febrero, tras el anuncio de la primera muerte por coronavirus en Estados Unidos. Al día de hoy, el país lamenta casi 90 mil decesos.
Desde entonces, Washington ha aumentado enormemente su capacidad de detección y más de 12 millones de estadounidenses han sido evaluados.
El presidente Donald Trump no deja de destacar el progreso realizado en la materia, pero esa cifra apenas representa el 4 % de la población nacional, lo que coloca a la primera potencia mundial en el puesto 39, detrás de Italia, España o Rusia, según el sitio de estadísticas Worldometer.
Los críticos del mandatario temen que la capacidad de detección no sea suficiente para evitar la aparición de una nueva ola de contagios, en un momento en que muchos estados se han embarcado en el camino del desconfinamiento.