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El Papa retoma sus oraciones dominicales ante fieles reunidos en la plaza de San Pedro

Desde el inicio del confinamiento en Italia, el papa Francisco había abandonado, entre otras cosas, sus oraciones dominicales desde la ventana del palacio apostólico.

Por primera vez en tres meses, debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus (COVID-19), el papa Francisco volvió a dar su oración dominical desde la ventana del palacio apostólico, ante un grupo de fieles reunidos en la plaza de San Pedro.

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Antes de la oración, el pontífice celebró la misa de Pentecostés en la basílica de San Pedro en presencia de unas 50 personas, tras haber asistido el sábado a la oración del rosario ante unos 100 fieles.

"Espíritu Santo, memoria de Dios, reaviva en nosotros el recuerdo del don recibido. Líbranos de la parálisis del egoísmo y enciende en nosotros el deseo de servir, de hacer el bien", dijo en redes sociales.

Desde el inicio del confinamiento en Italia, el 10 de marzo, El Vaticano aplicó las mismas reglas de distanciamiento físico que las válidas en la península, y el Papa había abandonado, entre otras cosas, sus oraciones del domingo desde la ventana del palacio apostólico.

Estas fueron reemplazadas por una retransmisión en video desde el interior del palacio.

A favor del desconfinamiento progresivo en Italia, el Papa argentino reanudó este domingo su oración dominical como de costumbre ante los fieles, poco numerosos en esta ocasión y autorizado desde hace una semana a reunirse de nuevo en la plaza San Pedro.

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Pide por los pueblos de la Amazonia

Al final de su oración, el pontífice se dijo preocupado por los pueblos indígenas de la Amazonia "particularmente vulnerables" a la pandemia.

"Hoy, fiesta de Pentecostés, evocamos al Santo Espíritu para que dé luz y fuerza a la Iglesia y la sociedad en Amazonia, puesta a dura prueba por la pandemia", declaró el Papa, recordando el sínodo sobre la región que culminó hace siete meses en El Vaticano.

"Hay tantas personas contagiadas y fallecidas, también entre los pueblos indígenas, particularmente vulnerables", lamentó Francisco, que concluyó con un pedido para que nadie en el mundo se vea privado de asistencia sanitaria.

La pandemia de COVID-19 es una nueva amenaza para los pueblos indígenas ya muy afectados por una deforestación que no ha dejado de aumentar desde la llegada al poder hace un año y medio del presidente brasileño, Jair Bolsonaro.

Según un balance de mediados de mayo de la Articulación de Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), el virus se había propagado en 40 pueblos indígenas, contaminando a 537 personas y dejando 102 muertos.

Según el censo de 2010, unos 800 mil indígenas de más de 300 pueblos viven en Brasil, muchos de ellos aislados o no contactados.

*Con información de AFP

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