Los gobiernos de Guatemala y Honduras se pronunciaron acerca de la situación de un grupo de personas que viaja desde la región sur de este último país en busca de llegar a México, y señalaron los riesgos de la migración irregular, especialmente durante la emergencia por el Covid-19.
Días atrás se conoció que ciudadanos africanos, haitianos y cubanos que se movilizaban en caravana ingresaron a Honduras por puntos no autorizados con Nicaragua.
La policía hondureña les interceptó el paso y se encuentran en Choluteca, 100 kilómetros al sur de la capital de esa nación.
En ese lugar se les ha brindado apoyo para atender sus necesidades básicas, pero tienen un plazo de cinco días para salir del territorio.
Según han explicado los migrantes procedentes de Costa de Marfil, Congo y Ghana, Cuba y Haití, su objetivo es llegar a México para instalarse en el lugar e intentar conseguir mejores condiciones de vida.
Rechazan volver a sus países
Ante la pandemia del coronavirus, los gobiernos de múltiples países, incluidos Guatemala y Honduras, optaron por cerrar sus fronteras, por lo que está prohibido el ingreso de extranjeros por las vías aéreas, marítimas y terrestres.
En el comunicado emitido, los gobiernos de ambas naciones reiteraron su compromiso con la prevención del contagio del Covid-19, que ha provocado la muerte de miles de personas en el mundo.
Y en ese escenario, externaron su preocupación por la movilización de este tipo de grupo de personas “con falsas expectativas de ingresar a otros países".
Ello tomando en cuenta que como una alternativa por la situación excepcional que se da actualmente por el impacto de la enfermedad, Honduras les dio a los migrantes la opción de un retorno voluntario asistido a sus países de origen.
Sin embargo, las personas hasta el momento no han aceptado acogerse a la medida y se mantienen firmes en su decisión de que se les permita pasar a Guatemala para continuar su trayecto.
En ese sentido, los gobiernos centroamericanos hicieron un llamado a las organizaciones de sociedad civil a sumarse a los esfuerzos de salvaguardar la salud y la vida de las personas migrantes, evitando traslados entre regiones y entre países.
Finalmente, reafirmaron su condena al tráfico ilícito de migrantes y la exposición de poblaciones vulnerables a situaciones de alto riesgo, especialmente ante la emergencia sanitaria.