La Policía de China reveló este lunes que el accidente de un bus de pasajeros ocurrido la semana pasada en el suroeste del país, el cual dejó 21 muertos, fue provocado deliberadamente por el chofer, furioso por un problema personal.
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La tragedia tuvo lugar en la ciudad de Anshun, en la provincia pobre de Guizhu, a eso de las 12:00 horas (locales) del pasado 7 de julio.
En un comunicado oficial difundido en las redes sociales y citado por la AFP, la policía de Anshun indicó que las investigaciones demostraron que el conductor, de 52 años de edad, estaba “descontento” y contrariado por el anuncio de que la vivienda que alquilaba iba a ser demolida.
Además, se reveló que este había bebido alcohol durante sus horas de servicio.
Las expropiaciones de terrenos y las demoliciones expeditivas de viviendas para por parte de las autoridades locales son una fuente constante de cólera e inestabilidad en China.
Estudiantes entre las víctimas
El momento del fatal accidente fue captado por una cámara de vigilancia.
En las imágenes se puede ver cómo el autobús transita con normalidad sobre la carretera, y solo segundos después, y sin previo aviso, cambia de dirección provocando el desastre.
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El autobús se sumergió parcialmente en un lago situado al pie de la pequeña pendiente.
Según autoridades, entre las 21 víctimas fatales había varios estudiantes de secundaria que acudían a los exámenes de acceso a la universidad (conocidos como “gaokao”).
Otras 15 personas resultaron heridas en el siniestro.
Según apunta CNN, más de 10 millones de estudiantes chinos comenzaron la semana pasada los exámenes de acceso a la universidad, en medio de las exhaustivas medidas de prevención contra el nuevo coronavirus (COVID-19).
Para minimizar los riesgos de contagio, estos exámenes fueron pospuestos un mes, y se llevaron a cabo hasta el 10 de julio, dependiendo de la provincia.
