El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, declaró este miércoles a la cadena CNN que se realizó un nuevo test para detectar coronavirus (COVID-19) y que este dio positivo.
Bolsonaro dijo que se sometió a la prueba la mañana del martes, de tipo RT-PCR, que utiliza un hisopo para recolectar una muestra, y que los resultados se conocieron en la noche.
No obstante, aseguró que se encuentra “bien” y que no ha tenido fiebre desde el pasado 6 de julio. Señaló, además, que no presenta dificultades respiratorias ni falta de olfato o gusto, y que su tasa de saturación de oxígeno es del 98 %.
Cuarentena “horrible”
Bolsonaro, quien desde el inicio de la emergencia sanitaria ha mantenido una actitud desafiante hacia la enfermedad, dio positivo por COVID-19 el pasado 7 de julio.
El martes, previo a que se conocieran los resultados de la segunda prueba, confesó que está harto de la cuarentena que debe guardar tras confirmarse su contagio.
“Esperaré con bastantes ansias porque no aguanto esta rutina de quedarme en casa; es horrible“, dijo en entrevista telefónica con CNN Brasil.
“Por lo demás, todo bien. Estamos despachando por videoconferencia todo el tiempo y estamos haciendo lo posible para no dejar que las cosas se acumulen“, comentó.
Bolsonaro permanece confinado en su residencia oficial de Brasilia, en el Palacio de Alvorada.
Tras este segundo examen, aún debe esperar un tercero para determinar si puede o no volver al trabajo.
Defensor de la hidroxicloroquina
Tras dar positivo por COVID-19, Bolsonaro afirmó que desde que comenzó a sentirse mal empezó a tomar un comprimido diario de hidroxicloroquina, fármaco antipalúdico cuya eficacia contra el coronavirus no está científicamente probada.
“Funcionó (la hidroxicloroquina); estoy muy bien, gracias a Dios“, dijo el mandatario, que defiende el uso del medicamento a pesar del debate en la comunidad científica internacional sobre su idoneidad.
Brasil es el segundo país con más casos y más muertes por coronavirus, solo por detrás de Estados Unidos. Hasta este lunes, el gigante sudamericano contabilizaba casi 73 mil fallecidos y más de 1.8 millones de contagios.