El Consejo Superior de Defensa del Líbano anunció este martes, horas después de la devastadora explosión que dejó decenas de muertos y miles de heridos, que Beirut, capital del país y escenario de la tragedia, ha sido declarada “zona de desastre”.
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El Consejo, que reúne al presidente Michel Aoun, al primer ministro Hassan Diab y a la ministra de Defensa, habría recomendado además decretar el Estado de emergencia.
La deflagración, que afectó estructuras a varios kilómetros a la redonda, siguió a un primer estallido en una bodega en la que se almacenaban “materiales altamente explosivos confiscados desde hace años”.
Según testigos, las explosiones se pudieron escuchar hasta en la ciudad costera de Larnaca, en Chipre, a más de 200 kilómetros de las costas libanesas.
“Balance provisional”
Horas después del accidente, Reda Moussaoui, portavoz del ministerio de Salud, brindó un balance provisional de las víctimas, indicando que se contabilizaban al menos 73 muertos y alrededor de 3 mil 700 heridos.
Autoridades libanesas temen, no obstante, que el número de fallecidos aumente con el pasar de las horas.
“Es una catástrofe en todos los sentidos”, lamentó por su parte el titular de Salud, Hamad Hassan.
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“Los hospitales de la capital están todos llenos de heridos”, subrayó Hassan, antes de pedir que se trasladen a otros afectados a centros hospitalarios de las afueras de la ciudad.
El sector del puerto había sido acordonado por las fuerzas de seguridad, que solo dejaban pasar al personal de defensa civil, ambulancias y bomberos.
En los alrededores, los daños y la destrucción es importante.
Casi todas las vitrinas de los comercios de los barrios de Hamra, Badaro y Hazmieh estallaron, al igual que las ventanillas de los autos.
En las calles aledañas era posible ver vehículos abandonados, con las bolsas de aire infladas debido al potente estallido.
*Con información de AFP