Casimiro Hernández, jefe de la Fiscalía distrital de Quiché, dio a conocer más detalles sobre el asesinato del activista francés Benoît María.
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Según informó, el crimen ocurrió el lunes 10 de agosto entre las 7:30 y 8:00 de la mañana en la aldea Pacam, de San Antonio Ilotenango, Quiché.
Se sabe que, fueron personas de la localidad, quienes encontraron un vehículo de doble tracción abandonado con unos 20 impactos de bala y el cuerpo sin vida de María.
“Dieron aviso a la PNC y esta a nosotros. Se llegó alrededor del mediodía, ya había Policía y algunos curiosos, siempre los hay. La escena criminal estaba contaminada. La Policía trató de cerrar el espacio, pero tuvimos que ampliar el escenario criminal”.
Las declaraciones de Hernández se dieron durante una entrevista en el programa “A Primera Hora”, de Emisoras Unidas.
En la escena del crimen
Hernández explicó que cuando empezaron a trabajar en la escena del crimen constataron que María aún tenía sus pertenencias personales. Además, constataron la inexistencia de casquillos.
“No se encontró ningún casquillo en el sector a pesar de tanto disparo. Pudiera ser que los autores del hecho los hayan levantado, pero también existe la posibilidad de que hayan utilizado armas específicas, de las que no expulsan casquillos”.
El hecho provocó temor en la población, al punto que, las autoridades comunitarias que han hablado con la Fiscalía, han preferido no hacer uso de sus distintivos que los identifican con sus cargos (bastón o vara de autoridad ancestral).
“Hay un temor latente que nadie quería asumir el rol que les tocaba. El hecho es impactante, hay temor, y hay que esperar que ese shock vaya desapareciendo para saber si tienen alguna información”.
La Fiscalía de Quiché investiga otros dos asesinatos, los cuales ocurrieron hace algunas semanas. Sin embargo, ninguno ha sido tan “delicado” como el del ciudadano francés.
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En tanto, Hernández dijo que ayer un agregado de la Policía de Francia se puso a disposición para colaborar en la pesquisa por el crimen de María.
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Bala mortal
La Fiscalía pudo determinar que el activista sufrió una persecución previo a su muerte.
“Los casi 20 disparos impactaron en la parte de atrás (del automóvil). El informe del Inacif confirmó que el único disparo que recibió lo tiene en el área del cráneo y el cuello. Pensamos que lo anduvieron persiguiendo y le dispararon en la carrera”, explicó Hernández.
El fiscal también dijo que harán averiguaciones para establecer si el activista había sido amenazado.
“Sabemos que trabajaba en Cobán. Debemos ir al lugar y contactar a las personas con quienes laboraba. Él apoyaba con proyectos agrícolas. Estamos la línea de establecer si a raíz de su labor pudo tener un conflicto, el cual provocó su muerte”, indicó.
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Labor comunitaria
El ciudadano francés residía desde hace más de dos décadas en Guatemala. Durante su estadía apoyó proyectos agrícolas para las comunidades indígenas mayas-ixiles.
En 2011 participó en la creación de la Universidad Ixil, en el departamento de Quiché, dedicada al conocimiento ancestral de los pueblos originarios, entre otros proyectos.
