La farmacéutica británica AstraZeneca reanudó los ensayos para su vacuna experimental contra Covid-19, informó la agencia de noticias AFP.
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El desarrollo de la candidata a vacuna contra coronavirus Covid-19 de AstraZeneca junto con la Universidad de Oxford fue suspendido al detectarse una enfermedad en uno de los participantes en Reino Unido.
De acuerdo con el diario The New York Times, dicho voluntario se enfermó de mielitis transversa.
La empresa destacó que la decisión de parar no es infrecuente en este tipo de procesos.
“Esta es una acción de rutina que sucede siempre” que se produce una situación similar mientras se investiga, indicó el portavoz de la empresa sueco-británica, quien dijo que se “está trabajando para acelerar la revisión de ese incidente único con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial en los planes del ensayo”.
Resultados adversos
La candidata a vacuna había dado resultados positivos en los ensayos iniciales y ahora está en fase 3, la última antes de obtener todos los permisos tras demostrar la seguridad y la eficacia, para lo que se estaba probando con miles de personas en Reino Unido, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica.
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Pero aunque parar los ensayos de una vacuna o medicamento no sea excepcional, la decisión ha acaparado toda la atención del mundo, que desde el inicio de la pandemia ha aprendido a seguir día a día los desarrollos de la investigación científica, en la que habitualmente los caminos no suelen ser rectos y ni despejados.
El español Lluís Montoliu, científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y experto en edición genética, apuntó hoy en su cuenta de Twitter que se debería aprovechar esta noticia para convertirla en algo “positivo y esperanzador”.
“Aparece un resultado negativo, inesperado, se detiene el ensayo por precaución y se investiga para ver qué puede haber pasado. Ante todo seguridad, luego nos preocuparemos de la eficacia”, subrayó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que, “cuando surge una enfermedad potencialmente inexplicable en el participante de un ensayo, que puede o no tener relación con la vacuna que se está evaluando, investigar es una práctica de rigor”.
Y es que, la seguridad es el pilar de la búsqueda de cualquier vacuna y el requisito indispensable que debe guiar los ensayos clínicos.