Científicos de la NASA y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos confirmaron esta semana que el Sol inició, hace nueve meses, un nuevo ciclo solar.
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El Sol tiene picos de actividad, que pueden ser altos, moderados o bajos, y desde diciembre del año pasado la estrella se encuentra en un pico de calma, lo que significa que ha comenzado un nuevo ciclo, el Ciclo Solar 25.
El denominado Panel de Predicción del Ciclo Solar 25, grupo internacional formado por expertos, hizo este anuncio el martes, puntualizando que, debido a la naturaleza cambiante del Sol, puede tomar hasta 10 meses calcular cuándo comienza un nuevo ciclo.
Para rastrear el progreso de estos ciclos, los científicos se guían por las manchas solares. Las manchas oscuras están asociadas con la actividad solar, a menudo como el origen de explosiones gigantes, como erupciones o eyecciones de masa coronal, que pueden arrojar luz, energía y material solar al espacio.
“A medida que salimos del mínimo solar y nos acercamos al máximo del Ciclo 25, es importante recordar que la actividad solar nunca se detiene; cambia de forma a medida que oscila el péndulo”, afirma Lika Guhathakurta, de la División de Heliofísica en la Sede de la NASA en Washington, citada por ABC.
¿Qué implica el nuevo ciclo solar?
Según expertos, se prevé que el próximo máximo solar ocurra en julio de 2025, es decir, dentro de cinco años.
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Doug Biesecker, copresidente del panel y físico solar en el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la NOAA, anticipa que el Ciclo Solar 25 será tan muy similar al anterior, que se situó por debajo del promedio.
Sin embargo, el experto advirtió que esto no implica que esté exento de riesgos. Es posible que, durante este tiempo, los destellos solares u otras erupciones interrumpan las comunicaciones en la Tierra.
“El hecho de que sea un ciclo solar por debajo del promedio no significa que no haya riesgo de clima espacial extremo (…) El impacto del Sol en nuestra vida diaria es real y está allí. (Tenemos) personal las 24 horas del día, los siete días de la semana, los 365 días del año, porque el Sol siempre es capaz de darnos algo para pronosticar”, añadió Biesecker en un comunicado.
El investigador lo comparó con la temporada de huracanes: incluso si muchas de las tormentas no tocan tierra, las que lo hagan podrían causar un impacto importante.