El Consejo de Seguridad de la ONU convocó para el martes una reunión a puerta cerrada sobre la región separatista de Nagorno Karabaj, golpeada el fin de semana por mortíferos combates, cuyo estallido hace temer una guerra abierta entre Armenia y Azerbaiyán.
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Alemania y Francia impulsaron la convocatoria, y otros países europeos como Bélgica, Estonia y Reino Unido la respaldaron.
Desde el domingo, fuerzas del enclave separatista de Nagorno Karabaj, apoyadas política, militar y económicamente por Armenia, luchan contra tropas de Azerbaiyán en los combates más mortíferos desde 2016.
Al menos 95 personas han muerto, según balances incompletos de los enfrentamientos. Sin embargo, se teme que la cifra de fatalidades pueda ser mucho mayor, ya que los dos campos afirman haber infligido centenas de pérdidas al adversario, , difundiendo en particular imágenes de blindados destruidos.
Turquía advierte a Armenia
Una guerra abierta entre Ereván y Bakú podría desestabilizar el Cáucaso sur, sobre todo si Turquía y Rusia intervienen.
Sin embargo, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió el lunes a Armenia poner fin a lo que calificó de “ocupación de Nagorno Karabaj”.
“Turquía seguirá apoyando al país hermano y amigo que es Azerbaiyán (…) por todos los medios”, dijo, alentando a Bakú a “tomar cartas en el asunto”.
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Azerbaiyán, país de habla turca de mayoría chiita, reclama el control de Nagorno Karabaj, una provincia de mayoría armenia, cristiana, cuya secesión en 1991 no fue reconocida por la comunidad internacional.
Armenia, por su parte, presentó este lunes una solicitud ante la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH), brazo jurídico del Consejo Europeo, en la que le pide que “indique al gobierno azerbaiyano que cese sus ataques militares contra poblaciones civiles”.
En tanto, Rusia estimó que la prioridad era “poner fin a las hostilidades, no determinar quién tiene razón y quién no”.
*Con información de AFP