El radar Marsis, instalado en el orbitador Mars Express, de la Agencia Espacial Europea y manejado desde la Universidad de Roma Tre, confirmó recientemente la presencia de un complejo sistema de lagos de agua salada bajo los hielos del polo sur del planeta Marte, según señala un estudio publicado esta semana en la revista Nature Astronomy.
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Se trata de “tres nuevas áreas altamente reflectantes”, es decir, que devuelven al radar la señal de alta intensidad que señala la presencia de líquido.
“El lago principal está rodeado por otros lagos, pero debido a las propiedades técnicas del radar y su distancia de la superficie marciana, no podemos decir si están interconectados”, dijo el científico Sebastian Lauro, coodirector del estudio.
Según Lauro, el sistema de grandes charcos de agua líquida es una de las distintas interpretaciones posibles, pero la que “mejor explica todos los datos disponibles”.
El experto precisó que el equipo recurrió a una metodología “comúnmente utilizada para detectar la presencia de lagos subglaciales en la Antártida, Canadá y Groenlandia”.
¿Qué significa el descubrimiento?
Por su parte, la investigadora Graziella Caprarelli, también coautora del artículo, subrayó que la formación y la persistencia de estos cuerpos de agua bajo los casquetes “requiere que el líquido sea hipersalino”.
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Caprarelli citó los experimentos de laboratorio que confirman que las soluciones acuosas concentradas pueden persistir a las temperaturas de Marte durante períodos de tiempo geológicamente relevantes.
El artículo científico habla de “múltiples cuerpos de agua subglaciales” y sugiere que son salmueras de perclorato, de las cuales se sabe que pueden sobrevivir durante un período prolongado de tiempo.
Esto, según los expertos, es un indicador de que pudo haber existido vida cuando el planeta rojo era más habitable.
“Por esta razón, aún podrían retener rastros de cualquier forma de vida que podría haber evolucionado cuando Marte tenía una atmósfera densa, un clima más suave y la presencia de agua líquida en la superficie, similar a la Tierra primitiva”, indicó por su lado Roberto Orosei, investigador principal del experimento Marsis.