En cuatro años una mujer podría pisar la superficie lunar como parte del programa Artemisa de la NASA que busca regresar a los humanos al satélite natural de la Tierra. Lleva el nombre de la diosa griega de la Luna y hermana gemela de Apolo, que es también el nombre de la misión de la agencia que hizo aterrizar a las primeras personas en el satélite el 20 de julio de 1969.
“Nuestra meta es enviar a la primera mujer y al siguiente hombre a un lugar en el que nunca hemos estado antes: el polo sur lunar. Estamos apuntando a esta zona para un alunizaje en el 2024 porque creemos que es rica en recursos potenciales, incluyendo el agua”, declaró Jim Bridenstine, administrador de la NASA.
El alunizaje de la primera mujer podría allanar el camino para que más mujeres sigan una carrera en la exploración espacial y enviar un importante mensaje.
“Cuando una de nosotras llegue a la Luna, creo que enviará un fuerte mensaje a las mujeres en todo el mundo de que son capaces y talentosas”, dijo Margaret A. Weitekamp, presidenta del Departamento de Historia Espacial del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsonian de los EE. UU.
De hecho, las mujeres trabajan en la exploración espacial desde hace más de 50 años. Y fue Margaret Hamilton, la informática, matemática e ingeniera estadounidense, quien hizo posible el alunizaje en 1969 diseñando el programa informático que controlaba el funcionamiento de todos los sistemas.
Desde entonces, las mujeres han participado activamente en diferentes misiones espaciales y recientemente la primera caminata espacial solo de mujeres se realizó en octubre de 2019, llevada a cabo por la astronauta Christina Koch y su compañera de tripulación Jessica Meir. Sin embargo, la llegada de las mujeres a la Luna ha tardado mucho más tiempo debido a la histórica desigualdad de género en exploración espacial.
Según datos de la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas, solo el 11% de los astronautas en el mundo son mujeres, mientras que solo el 6.6% de ellas son caminantes espaciales. Las mujeres también representan solo el 20% de la fuerza de trabajo espacial del mundo.
Sin embargo, según Margaret A. Weitekamp, la mayor paridad entre los géneros en la exploración espacial es actualmente una tendencia mundial, aunque reconoce que se puede avanzar más.
“Como en tantos campos, todavía hay mucho que mejorar”, subrayó la experta.
“De ahora en adelante, esperaría que las mujeres participen plenamente en lo que sea que suceda en la exploración espacial, ya sea en los vuelos espaciales humanos, la geología planetaria o la astronomía”, concluyó.
4 preguntas a…
Margaret A. Weitekamp, presidenta del Departamento de Historia Espacial del Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsonian, en los EE. UU.
- Háblanos sobre la llegada de la primera mujer a la Luna…
El regreso de los seres humanos a la Luna será un gran logro tecnológico. Tener una mujer que participe plenamente en eso es totalmente apropiado, ya que las mujeres han demostrado sus habilidades para contribuir en muchos campos que requieren destrezas tanto intelectuales como físicas.
- ¿Por qué ha tardado tanto tiempo?
Históricamente, la selección de astronautas y cosmonautas se ha llevado a cabo dentro de las restricciones culturales y políticas de sus tiempos. Aunque no se prohibió la participación de las mujeres, los prejuicios culturales tanto en los Estados Unidos como en la Unión Soviética hicieron que la definición del viajero espacial ideal tendiera a incluir el hecho de ser hombre. Eso solo comenzó a cambiar realmente en los Estados Unidos a fines de la década de 1970, cuando la NASA y el resto de la nación comenzaron a responder a los cambios sociales, culturales y legales promulgados como reacción al activismo de las mujeres.
Asimismo, la decisión de enviar humanos a la Luna, anunciada por el presidente John F. Kennedy ante una sesión conjunta del Congreso el 25 de mayo de 1961, fue una estrategia de la Guerra Fría. La Guerra Fría, una batalla ideológica, política y cultural entre los Estados Unidos y la Unión Soviética que comenzó después del final de la Segunda Guerra Mundial y que duró hasta 1991, llevó a ambas superpotencias a buscar formas de demostrar su superioridad sin invocar una guerra de disparos “caliente”. La carrera espacial fue un campo de batalla de la Guerra Fría que permitió a ambas naciones utilizar las mismas armas diseñadas para lanzar armas nucleares con fines pacíficos, lanzando en su lugar a personas. La decisión de Kennedy de enviar astronautas a la Luna fue un intento de los EE. UU. de ganar la aclamación internacional saltando por delante de los soviéticos en un campo en el que habían sobresalido.
La combinación de estas circunstancias significa que las oportunidades de las mujeres de participar en un programa de alunizaje solo se han reunido en los últimos años.
- Háblanos más sobre la contribución de las mujeres a la exploración espacial…
Las mujeres han contribuido a muchas de las misiones más importantes llevadas a cabo en la órbita terrestre baja: El lanzamiento del Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio de Rayos X Chandra, la operación del brazo manipulador remoto a bordo de las órbitas de los transbordadores espaciales y las estaciones espaciales, el pilotaje y el mando de misiones, y la realización de investigaciones científicas durante décadas.
- ¿Debería haber más paridad de género en la exploración espacial?
La tendencia actual ha sido constante hacia una mayor paridad de género en la exploración espacial. Si se examinan las estadísticas desde el comienzo de la era espacial, el número desproporcionado de hombres frente a mujeres que participan se explica, al menos en parte, por la larga historia de selecciones de astronautas exclusivamente masculinos para el cuerpo de astronautas/cosmonauta y para las tripulaciones de vuelo. Como en tantos campos, todavía hay mucho que mejorar.
En el Museo Nacional del Aire y el Espacio del Instituto Smithsonian trabajamos cada día para inspirar a la próxima generación de exploradores. Los futuros logros en los vuelos espaciales requerirán aprovechar todo el talento disponible en la próxima generación.