El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) dio a conocer con antelación que los cementerios públicos y privados permanecerían cerrados durante el 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.
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Esto con la finalidad de evitar aglomeraciones en el interior de los mismos con motivo de la conmemoración del Día de todos los santos y así contener los contagios por Covid-19.
Acuden a cementerios
No obstante, y a pesar de la normativa antes mencionada, varios grupos de personas fueron captados a inmediaciones del Cementerio General, ubicado en la zona 3 capitalina.
Sin embargo, se trataba de personas que acompañaban sepelios quienes eran los únicos que tenían autorización para acceder a dicho lugar.
Una persona designada estuvo en la entrada principal del cementerio con una lista en mano para corroborar los nombres de las personas que ingresarían.
Asimismo, esta persona se encargaba de medir la temperatura de para evitar que ingresaran personas que reflejaran síntomas de fiebre.
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Celebración atípica
Este es el primer año en que cientos de personas no podrían asistir a los cementerios para adornar las tumbas de sus difuntos, así como la primera vez que la Iglesia católica no realizará una misa en memoria de aquellos que han sido enterrados como XX en el cementerio La Verbena.
Específicamente en el Cementerio General, donde fueron captadas las personas antes mencionadas, en años anteriores se cierran calles aledañas y se instalan negocios de comida y otros más para atender a los visitantes.
De la mano con la tradición de acudir a adornar a los seres queridos que ya partieron de esta vida, también se hacen presentes los distintos platillos típicos de la época como el tradicional fiambre, el más representativo de todos.
Pero también hay platillos dulces como los jocotes en miel, el chilacayote y otras frutas en conserva y las torrejas.
Todo esto tuvo que realizarse en el hogar debido a la emergencia por la pandemia.