La Plaza de la Constitución una vez más fue testigo del clamor del pueblo en la lucha contra la corrupción.
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Por tercer día consecutivo, se realizó una protesta frente al Palacio Nacional para exigir la renuncia del presidente Alejandro Giammattei.
“Para hacer revolución no se necesita permiso”, “Hay niños que no han nacido y estos cabrones ya los han vendido”, “Exigimos la renuncia del presidente y de los diputados”, son algunas de las consignas de los manifestantes que acudieron este lunes 23 de noviembre.
“Queremos que renuncia Giammattei, un presidente que fue electo bajo un fraude electoral”, mencionó uno de los asistentes.
Protestas no cesan
El sábado, miles de guatemaltecos se manifestaron pacíficamente para pedir la renuncia de Giammattei, pero otros se dirigieron a la sede del Parlamento e incendiaron varias oficinas tras romper ventanas para ingresar.
El domingo, cientos volvieron a las calles a protestar y este lunes cerca de medio centenar de guatemaltecos volvió a pedir la renuncia del presidente frente al antiguo palacio de gobierno.
Tras más de 36 horas de silencio, ante el clamor popular para exigir la renuncia de Giammattei, el gobierno de Guatemala informó por medio de un comunicado que había invocado la Carta Democrática Interamericana luego de los “gravísimos sucesos ocurridos en los últimos días”.
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“Tal como lo señalan los artículos 17 y 18 de la Carta, los actos de violencia que coordinadamente han alterado la paz pública ponen en grave riesgo la institucionalidad democrática en nuestro país, así como el legítimo ejercicio del poder por parte de las autoridades democráticamente elegidas de la República”, se indica en la misiva.
Esto ante el riesgo de un verdadero golpe de Estado, detalló el documento.
El vicemandatario Guillermo Castillo, quien el viernes pasado propuso a Giammattei presentar sus renuncias para el bienestar del país, dijo este lunes que la decisión presidencial de invocar la Carta Democrática Interamericana fue precipitada.
A su criterio, los golpes de Estado “ya no los da la población”, sino que se los dan los mismos gobernantes con sus actos de corrupción y su intolerancia.
