El 2020 fue un año en el que la raza humana fue puesta al límite. Ya sea por el mal accionar del hombre, que ha precipitado el cambio climático, o por la inclemencia de la Madre Naturaleza, que ha traído al mundo huracanes, terremotos, incendios e incluso plagas.
PUBLICIDAD
Estos fueron los desastres naturales que más impacto causaron durante el año:
Pandemia de coronavirus
Sin duda, la pandemia del nuevo coronavirus fue el tema central del 2020. Cuarentenas, distanciamiento social, uso obligatorio de mascarillas y decenas de miles de muertos y millones de enfermos fueron algunas de las consecuencias que trajo consigo el Covid-19, que inexorablemente ha cambiado por completo el mundo como lo conocíamos hasta hace apenas unos meses.
La pandemia no solo provocó una crisis sanitaria nunca antes vista, que puso en evidencia lo poco preparados que estaban los sistemas de salud a nivel global, incluso en países industrializados, sino que además generó una crisis económica catastrófica, con miles y miles de negocios llevados a la ruina por las drásticas medias para contener los contagios (cierres y cuarentenas), y millones de personas sin empleo, con sus condiciones de vida deterioradas, especialmente en América Latina.
A la fecha, el Covid-19 ha cobrado la vida de más de 1.6 millones de personas en todo el mundo, y ha contagiado a más de 75 millones, siendo Estados Unidos, el gigante norteamericano, el país más castigado por la enfermedad.
Incendios y cambio climático
Desde finales de 2019 hasta principios de 2020, Australia sufrió devastadores incendios forestales que consumieron un estimado de más de 10 millones de hectáreas y provocaron la muerte de millones de animales.
Expertos atribuyen el incremento de estos incendios al cambio climático y al aumento de emisiones de gases con efecto invernadero. De hecho, según alertó la ONU en diciembre, el 2020 fue uno de los tres años más calurosos desde que hay registros, ya que desde enero la temperatura media de la Tierra fue en torno a 1.2ºC superior al periodo de referencia de 1850-1900.
PUBLICIDAD
“El 2020 fue, por desgracia, otro año preocupante para el clima”, declaró el secretario general de la Organización Meteorológica mundial (OMM), Petteri Taalas, citado por la AFP.
Huracanes Eta y Iota
En esa espiral de degradación medioambiental, el calentamiento de las aguas de los océanos también jugó un papel fundamental y favoreció la formación de tormentas tropicales más violentas.
La temporada de huracanes de este año en el Atlántico fue extremadamente activa, estableciendo incluso un nuevo récord al sumar 30 ciclones con denominación, de los cuales 13 se convirtieron en huracanes. Y como ocurrió en 2005, una vez agotada la lista de 21 nombres programados, hubo que recurrir al alfabeto griego para bautizarlos.
En noviembre, los huracanes Eta y Iota golpearon de manera catastrófica la región centroamericana en un lapso de apenas dos semanas, castigando especialmente a Nicaragua y Honduras, dejando decenas de muertos y miles de damnificados. También hubo graves daños en Colombia.
Fenómeno de La Niña y plaga de langostas
Hacia finales de octubre, la OMM advirtió sobre el retorno del fenómeno de La Niña, con sus secuelas de tormentas, sequías y mal tiempo, el cual se prevé que se alargue hasta 2021.
La agencia especializada de la ONU señaló que este episodio sería “de intensidad moderada a fuerte”, precisando que la última vez que se registró un episodio así de intenso fue en 2010/2011, seguido de otro moderado en 2011/2012.
La Niña es un fenómeno que produce un enfriamiento a gran escala de la temperatura de la superficie del océano en las partes central y oriental del Pacífico ecuatorial, además de otros cambios en la circulación atmosférica tropical.
La OMM alertó que el Cuerno de África, Asia central y del sudeste asiático registrarían precipitaciones inferiores a lo normal; mientras que en algunas islas del Pacífico y en la parte note de Sudamérica serían superiores a lo habitual.
El episodio de La Niña coincidió, además, con la temporada de lluvias y de siembra en gran parte de África oriental, que se había pronosticado más seca. “Esta situación, sumada a los efectos de la invasión de langostas, es otro acontecimiento preocupante que puede agravar los problemas de seguridad alimentaria en la región”, advirtió la OMM.
Expertos habían alertado que la plaga de langostas era “una amenaza sin precedentes” para la seguridad alimentaria y el sustento mundial.