En declaraciones a la prensa en la Casa Blanca, antes de abordar un helicóptero para viajar a Texas, el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó de “absolutamente ridículo” el procedimiento de juicio político en su contra, lanzado por sus rivales demócratas tras el asalto al Capitolio, la semana pasada.
El mandatario republicano calificó su probable acusación, que será examinada el miércoles, como una “continuación de la mayor caza de brujas en la historia de la política”, y dejó en claro que no quería “violencia”, refiriéndose a los acontecimientos del pasado 6 de enero, cuando cientos de sus seguidores, arengados por él mismo en un mitín previo, invadieron el Congreso, en Washington.
Trump, quien ha adoptado un tono combativo, aseguró, no obstante, que su discurso ante sus partidarios fue “totalmente apropiado” y denunció como “error catastrófico” su bloqueo de redes sociales como Facebook y Twitter.
El mandatario, quien en apenas ocho días tendrá que dejar el poder, para ser sustituido por Joe Biden, advirtió, asimismo, que el procedimiento en su contra está causando “una inmensa ira” entre sus partidarios.
Segundo “impeachment”
En plena tormenta política, Trump se reunió el lunes con su vicepresidente, Mike Pence, quien habría decidido hacer frente común con el mandatario ante los demócratas, rechazando los pedidos para que lo aparte del poder invocando la 25ª Enmienda de la Constitución.
Mientras, en el Congreso, se está preparando un procedimiento de “impeachment” que amenaza con convertir a Trump en el primer presidente de Estados Unidos en ser acusado dos veces en un juicio político.
La Cámara de Representantes considerará la acusación el miércoles, y se espera que la vote ese mismo día.
Con el respaldo de una gran cantidad de demócratas, y con el posible apoyo de republicanos, se espera que la acusación se apruebe fácilmente el miércoles, pero queda la duda sobre el rumbo y el desenlace del juicio, que luego tendrá que celebrarse en el Senado, actualmente con mayoría republicana.
Los demócratas tomarán el control de la Cámara Alta el 20 de enero, pero necesitarán el apoyo de muchos republicanos para lograr la mayoría de dos tercios necesaria para condenar al presidente.
*Con información de AFP