Los mexicanos también suelen vestir muñecos que recuerdan al “niño Jesús”, pero este año una versión inspirada en los médicos intenta crear conciencia sobre los peligros del coronavirus.
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Esta tradición se celebra por la fiesta de la Candelaria, que los católicos celebran el 2 de febrero para rememorar el día en que Jesús fue presentado en el templo por su padres.
Cada año la imaginación echa a volar para crear llamativas ropas. Y la última moda es el “Niño Covid”.
Se trata de “hacerle un homenaje a los doctores, enfermeras, que están al frente en esta pandemia (…), crear conciencia con la gente para que entiendan que esto no es un juego y que estamos pasando una situación muy difícil”, explica a la AFP Felipe Garrido, encargado de una tienda del centro histórico de Ciudad de México donde se venden estas prendas.
Una decena de figuras de Jesús, casi del tamaño de un recién nacido, exhiben los trajes de “Niño Covid”. Van desde simples ropas de bebé con tapabocas hasta trajes azules completos de médicos, con máscara de protección, pasando por la clásica bata blanca y estetoscopio.
Todos llevan lo que simula ser gel antibacteriano en una mano.
Aunque la afluencia de clientes es menor este año, decenas de personas provenientes de todo el país sortean el miedo a los contagios para comprar el ropaje en comercios del centro, a precios de hasta 220 pesos (10,8 dólares).
“Vengo a comprar al ‘Niño Covid’ porque mi papá es médico, está sacando adelante a muchos enfermos de covid-19, y lo estoy protegiendo”, cuenta Aline Villegas, fisioterapeuta de 26 años, que todos los años sigue esta tradición.
Vestidos de Niño Jesús
Otros de los trajes más solicitados son los del Sagrado Corazón, San Judas Tadeo y el Niño de Atocha. En años anteriores las figuras de Jesús han sido vestidas hasta de futbolistas, desatando críticas de la Iglesia católica.
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En la tienda se observa estrictamente el distanciamiento social y se controla el ingreso de clientes.
Pero afuera, una verdadera multitud -muchos sin tapabocas- sigue recorriendo de manera permanente algunas calles del centro histórico, donde se permitió la reapertura de comercios pese a que el avance del virus no cede y ya obligó a suspender las actividades no esenciales en la capital el 18 de diciembre.
El propio presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reacio a usar mascarilla y a suspender sus giras nacionales, se ha contagiado del virus y se encuentra aislado desde el domingo pasado. El parte más reciente indica que se encuentra “en plena recuperación”.
El Día de la Candelaria es también motivo de reuniones familiares y de amigos en México.
La tradición marca que quien saca “el niño” -pequeña figura de plástico- en la rosca del 6 de enero, Día de Reyes, debe convidar a tamales y al atole, comidas elaboradas a base de maíz.
Según las autoridades de la capital y de su zona metropolitana, la más golpeada por el coronavirus, muchos de los contagios que mantienen la ocupación hospitalaria en un 87% se dieron en las fiestas de fin de año.
Debido a la emergencia sanitaria, la Iglesia católica ha convocado a los fieles a celebrar las festividades en sus casas.
Con 126 millones de habitantes, México acumulaba hasta el miércoles más de 1.806.800 contagios y superaba los 153.600 fallecimientos por covid-19, lo que le sitúa como el cuarto país más castigado por la pandemia en números absolutos, después de Estados Unidos, Brasil e India.