El jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, hizo su debut este viernes mediante un “viaje virtual” a México, en el que destacó que la frontera sur de su país está “cerrada a la inmigración irregular”.
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En sintonía con la postura que defiende el presidente estadounidense, Joe Biden, de desalentar los desplazamientos oficiales, Blinken permaneció en Washington y desde el Departamento de Estado condujo la reunión con el canciller de México, Marcelo Ebrard.
“Como secretario de Estado quería ‘visitar’ México primero para demostrar la importancia que le damos, que le da el presidente a la relación entre nuestros países”, afirmó el funcionario estadounidense.
Ambos países comparten una frontera de 3 mil 200 kilómetros y buscan recalibrar sus relaciones con la llegada del gobierno demócrata.
“No lo haga”
El expresidente estadounidense, Donald Trump, desarrolló una fluida relación con su par mexicano, Andrés Manuel López Obrador, quien fue uno de los últimos líderes extranjeros en reconocer la victoria de Biden en las elecciones de noviembre del año pasado.
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Durante el gobierno de Trump (y bajo la presión de ser gravado con aranceles) México aceptó mantener en su territorio a miles de centroamericanos y otros solicitantes de asilo a la espera de la revisión de sus solicitudes para entrar a Estados Unidos.
Pero el gobierno de Biden comenzó a desmantelar este programa que, según los defensores de los derechos de los migrantes, puso en riesgo físico a las personas que huyen de la violencia y viola el derecho internacional de asilo.
Pese a que el gobierno de Estados Unidos procesará los casos de las personas que están esperando en México, el jefe de la diplomacia desalentó a los migrantes de emprender un viaje hacia el norte.
“Para cualquiera que esté pensando en emprender el viaje, nuestro mensaje es que no lo haga. Vamos a reformar nuestras leyes migratorias de forma estricta y nuestras medidas en la frontera”, afirmó Blinken.
*Con información de AFP