Un informe acerca de la niñez y adolescencia guatemalteca no acompañada detenida en la frontera sur de Estados Unidos refleja que se ha observado un incremento este año, en comparación con el 2020.
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Según la Coordinadora Institucional de Promoción por los Derechos de la Niñez (Ciprodeni) en el anterior período fiscal fueron interceptados 30 mil 557 niños, niñas y adolescentes.
De ellos, 8 mil 390 son guatemaltecos, lo que representa el 27.5%.
Mientras tanto, en 2021 la cifra ha alcanzado los 10 mil 051, es decir, un 20% más que en el anterior período.
Otto Rivera, secretario ejecutivo de la Ciprodeni, destacó que las causas de la migración infantil persisten y ni siquiera la pandemia ha detenido ese flujo hacia Norteamérica.
Movilidad de menores
El pronunciamiento de Rivera se dio durante un encuentro internacional sobre niñez en contexto de movilidad humana realizado por Plan Américas.
“Intercambio de experiencias para la eliminación de la violencia hacia niñas, niños y adolescentes” fue el tema analizado.
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En ese contexto Rivera expuso una serie de cifras sobre la situación en Guatemala y se refirió a las causas estructurales de la movilidad humana forzada de la población infantil.
Resaltó que las principales son la violencia, la pobreza, la ausencia de políticas sociales básicas y la reunificación familiar.
Menores guatemaltecos retornados
De acuerdo con datos de la Ciprodeni, entre enero y diciembre de 2020 se registraron 7 mil 555 casos niñez y adolescencia guatemalteca retornada.
El 32.4% corresponde a mujeres y 67.6% a hombres. El 40% de los retornados viajaba acompañado y el 60% lo hacía sin compañía de un adulto.
En tanto, el 51% de los menores fueron retornados por vía terrestre desde México y 6.1% llegó desde ese país por vía aérea.
Por aparte, el 42.5% viajó por vía aérea desde Estados Unidos.
En cuanto a la pertenencia ética, se detalló que el 59.4% de los retornados son mayas y 40.6% mestizos.
Tras dar a conocer las cifras, Rivera lamentó que uno de los retos que enfrentan los menores al ser devueltos a sus países es que vuelven a la misma realidad que los expulsó.
Esta es marcada principalmente por escenarios de violencia, desnutrición, pobreza, agresiones sexuales y maltrato, concluyó.
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