El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, insistió este domingo en que Estados Unidos y Canadá deben invertir en Centroamérica para detener la migración de indocumentados.
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López Obrador puso como referencia su programa de ayuda para agricultores “Sembrando vida”, que da trabajo a 420.000 personas y requiere una inversión anual de 1.300 millones de pesos, unos 64,3 millones de dólares.
“¿Qué no pueden Estados Unidos y Canadá hacer esto mismo en Guatemala, en Honduras, en El Salvador?”, retó López Obrador en un evento público en el sureño estado de Chiapas.
“Sí, vamos a seguir conteniendo (la migración irregular), pero hay que buscar soluciones de fondo, estructurales”, añadió el mandatario de izquierda, insistiendo en que los centroamericanos “que huyen de su país lo hacen por necesidad”.
Migración irregular
Para frenar la migración ilegal, el gobierno mexicano tiene desplegados 27.562 efectivos de las fuerzas armadas en sus fronteras sur y norte.
Agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) implementaron el sábado pasado en el municipio de Huehuetán, de Chiapas, fronterizo con Guatemala, un operativo para detener el paso de unos 700 migrantes centroamericanos, haitianos y africanos.
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Con escudos antimotines, los agentes detuvieron “a unos 40” migrantes, mientras que el resto siguió su camino hacia el centro del país y a la frontera con Estados Unidos, dijo a la AFP una fuente de la Guardia Nacional, que aseguró que uno de los vehículos oficiales fue vandalizado.
Imágenes televisivas mostraron momentos en los que los agentes jalan a migrantes y golpean a unos y tiran al suelo a otro que llevaba a un niño en los brazos.
El INM reprobó en un comunicado de este domingo la “conducta inapropiada” de los agentes e informó que inició una investigación los “efectos legales” que resulten.
El número de detenciones de indocumentados, incluidos menores no acompañados, batió un récord de 15 años en abril pasado en la frontera entre Estados Unidos y México. De las más de 178.600 personas interceptadas, el 82% provenía de México y Centroamérica.
El miércoles la Corte Suprema de Estados Unidos reinstauró una política migratoria que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México su cita ante los tribunales. El presidente estadounidense, Joe Biden, había suspendido esta medida.