Las autoridades rusas abrieron el sábado una investigación sobre la muerte de al menos 32 personas en los Urales tras haber consumido alcohol adulterado, en la segunda tragedia de este tipo en menos de dos semanas en el país.
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Según el comité de investigación, “varias personas vendieron a los ciudadanos un alcohol (alcohol metílico) que era peligroso para la vida y la salud” durante las dos últimas semanas en Ekaterimburgo, una gran ciudad de los Urales.
“Tras la ingestión de este líquido, murieron 32 personas”, precisó en un comunicado, en el que da cuenta de dos detenidos.
Se ha abierto una investigación por “venta de productos que no se ajustan a los estándares y que han provocado muerte por negligencia”, un delito que puede sancionarse con 10 años de prisión.
A principios de octubre al menos 36 personas murieron en la región de Oremburgo después de beber alcohol adulterado que contenía metanol, un producto altamente tóxico.
Los incidentes mortales por consumo de alcohol adulterado o productos tóxicos son frecuentes en Rusia, un país donde 21 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza.
El precio del vodka comercial es prohibitivo para millones de rusos.
Por falta de recursos, los más pobres obtienen alcohol de cosméticos, productos de la limpieza o anticongelantes para coches.